Un trabajador de la línea 103 estacionó el vehículo con el motor prendido. Al percatarse de que estaba en movimiento, quiso deternerlo, se cayó al asfalto y falleció atropellado.

El viernes a la mañana un chofer de una empresa de colectivos tucumana murió aplastado por su propio vehículo cuando al estacionarlo frente a su casa sin colocarle el freno de mano, intentó de forma desesperada detenerlo.

El hecho ocurrió a las 6:30 de la mañana en el barrio El Sol, ubicado en Las Talitas, al norte de la provincia de Tucumán, en un momento en el que el chofer de 30 años se encontraba en tiempo de trabajo.

Según informó la policía, el chofer de apellido Díaz detuvo el colectivo sin pasajeros en la puerta de su casa, pero dejó prendido el motor con la intención de buscar alguna pertenencia y retomar el recorrido.

Cuando el chofer bajó del transporte, el vehículo comenzó a moverse, por lo que el hombre intentó detenerlo con sus brazos pero cayó al piso y fue aplastado por el colectivo.

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