El total estado de ebriedad provocó un choque en cadena en el microcentro capitalino frente a un establecimiento escolar, en pleno horario de recambio de alumnos. De milagro nadie salió herido. 

El conductor de una camioneta VW Amarok manejaba a muy alta velocidad por calle Pellegrini. Cerca de la intersección con Tucumán, frente al Instituto Josefina Contte, embistió a un automóvil VW Surán al que arrastró e hizo que impactara a un VW Gol frenado en la esquina, que daba paso a un camión repartidor. Precisamente, estos dos últimos vehículos fueron el corolario del choque en cadena.

Lejos de frenar la camioneta, el conductor de la Amarok subió el enorme vehículo a la vereda y se dio a la fuga ante la mirada incrédula de los participantes involuntarios del inusual siniestro de tránsito.

Rato después, el conductor de la Amarrok regresó al lugar del choque en cadena para “mirar a ver qué pasaba”. Luego de observar que los ánimos estaban caldeados, nuevamente intentó fugarse. Sin embargo, quien manejaba el Gol es un policía que estaba fuera de servicio (estaba de civil, sin uniforme). El hombre de la fuerza, al observar la posibilidad de un nuevo escape, sacó su arma reglamentaria y apuntó a los ocupantes de la camioneta. De esa manera logró que frenaran.

Tras la llegada de inspectores municipales y de efectivos de la fuerza del orden provincial, se le hizo un control de alcoholemia al desaprensivo conductor. El resultado dio 1.48, el triple de lo máximo permitido. En pocas palabras, estaba borracho. Durante el procedimiento, el ebrio conductor hasta debió ser esposado por la violencia ejercida contra los uniformados y los agentes municipales.

El hombre forma parte de la firma bonaerense que realizó los trabajos de refrigeración del nuevo local de Mc Donald´s en la capital correntina.

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