El exoficial del Ejército Omar Barbieri dio al juez Daniel Rafecas nombres de los militares que formaban parte de los grupos de tareas de la represión, responsables de varios secuestros, entre otros el de Rocío Martínez Borbolla, madre de los periodistas Bárbara y Camilo García.

La periodista Bárbara García presenció cuando tenía nueve años el secuestro de su madre, la militante del PRT-ERP Rocío Ángela Martínez Borbolla, y ahora, el testimonio de un exoficial del Ejército puede ser fundamental para probar la participación del exmilitar Martín Sánchez Zinny en ese crimen perpetrado en 1976 por un grupo de tareas en una vivienda de la localidad bonaerense de Haedo, en el oeste del Gran Buenos Aires.

La revelación surgió a partir del testimonio que el exoficial del Ejército Omar Barbieri (68 años) brindó el pasado 6 de abril ante el magistrado Daniel Rafecas, titular del Juzgado Federal número 3 de la Ciudad de Buenos Aires.

En esa sede judicial, el excapitán del Ejército relató hechos que presenció entre 1977 y 1979, cuando estuvo destinado en el Regimiento de Infantería Mecanizado 6 “General Viamonte” del Ejército, ubicado en la localidad bonaerense de Mercedes.

El exmilitar, residente en Paraguay, declaró a través de la aplicación Zoom y dio nombres de los militares que formaban parte de los grupos de tareas de la represión que actuaban desde esa unidad, y entre ellos se encontraba Sánchez Zinny.

Diez días después, Barbieri, por medios electrónicos, ratificó sus dichos ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 4, a cargo del tercer juicio de lesa humanidad que se sigue por los crímenes cometidos en el centro clandestino detención ilegal conocido como “El Vesubio”.

En ambas instancias, el capitán retirado, que decidió romper el silencio después de haber callado por más de 40 años, recordó que un teniente primero odontólogo de apellido Sostaric le contó en Mercedes que había quedado “muy impresionado” luego de un operativo en el que habían detenido a una pareja de militantes del PRT-ERP que vivían en el barrio Envión de Haedo.

Los hechos ocurrieron el 13 de junio de 1976 y la patota, que también integraba Sánchez Zinny, se vio obligada a dejar con un vecino a dos chicos -un nene y una nena- que vivían con la pareja de militantes porque no se los podían llevar.

Los detenidos, que aún siguen desaparecidos, fueron Pedro Martucci y Ángela Martínez Borbolla, madre de Bárbara y del también periodista Camilo García, quien por entonces tenía cuatro años, y quedaron a cargo de un vecino hasta que su padre, Martín García, exdirector de la agencia Télam, pasó a buscarlos.

El contenido de la declaración de Barbieri coincide con los datos aportados en la causa por Bárbara, quien hace cuatro años, en el juzgado de Rafecas, reconoció por fotos a Sánchez Zinny como uno de los integrantes del grupo de tareas que secuestró a su madre y a Martucci en julio de 1976.

“El testimonio que dio este militar ante Rafecas confirma la versión que dimos y ubica a Sánchez Zinny en el lugar de los hechos y cómo nos maltrató a mi hermano y a mí. Es algo providencial que prueba lo que siempre afirmé y deja en claro que no mentí como dijeron los abogados de Sanchez Zinny”, subrayó Bárbara en diálogo con Télam.

El paradero de Sostaric se desconoce, pero desde la querella que representa a los hermanos García se estima que podría estar vivo y ser llamado a declarar.

Este caso forma parte de la causa judicial iniciada en torno a la imprenta del PRT-ERP, que funcionaba en la localidad bonaerense de San Andrés, donde se imprimían las publicaciones “El Combatiente” (que editabaRocío Martínez Borbolla) y “Estrella Roja”.

“Me mostraron centenares de fotos de militares que estaban en actividad en 1976 y pude reconocer entre ellos a Sánchez Zinny. Ese día, en el que se llevaron a mi madre a culatazos, quedó guardado por siempre en mi memoria y nunca me lo voy a olvidar”, aseveró Bárbara en relación a la declaración que brindó años atrás en el juzgado de Rafecas, cargo de la megacausa del Primer Cuerpo de Ejército. La periodista recuerda el rostro del agresaron porque ella también fue golpeada.

En base a esa declaración, el magistrado resolvió el procesamiento y la detención de Sánchez Zinny y de otros seis o militares del regimiento de Mercedes y, en octubre de 2018, elevó la causa a juicio oral y público, que debería comenzar en el segundo semestre de este año.

Pocos días antes de ser aprehendido, el ex militar había presentado en la Feria del Libro “La alumna del inglés”, una novela histórica editada por Ediciones B.

Sin embargo, a los pocos meses de estar detenido en Campo de Mayo, el exmilitar sindicado por Bárbara logró el beneficio del arresto domiciliario, al aducir que debía cuidar a un hijo que padece autismo.

Sánchez Zinny integró en los primeros años de la recuperación democrática el grupo de militares denominados como “carapintadas”, que bajo las órdenes de Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín se sublevaron contra los gobiernos constitucionales de Raúl Alfonsín y Carlos Menem.

Los abogados de Sánchez Zinny denunciaron a la testigo por falso testimonio, al argumentar que “una niña de nueve años no es capaz de identificar a nadie”.

La apelación del militar fue rechazada por el juez Rodolfo Canicoba Corral y también por la Cámara Federal, y a pesar de estas dos denegaciones llegó a la Cámara Federal de Casación Penal, que en marzo pasado también la rechazó.

“El testimonio de Barbieri fue muy importante para hacer avanzar esta causa, que tiene que ir a juicio oral. Es importante que haya muchos más como él y que nos permitan acercarnos a la verdad y la justicia”, remarcó Bárbara.

Fuente: Telam

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