“Nico, ¿te gustaría ser panelista de Equipo de Noticias el domingo que viene?”. La pregunta surgió de los labios de Cristina Solís, periodista del programa que se emite por 13 Max Televisión, el canal de aire de Corrientes.

El destinatario de la pregunta fue Nicolás Ramírez, un joven de 28 años no vidente y con dificultades motrices quien, a pesar de los inconvenientes que atravesó (y atraviesa) en su vida, alcanzó un logro digno de resaltar: se recibió de abogado, carrera cursada en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste.

Nicolás fue invitado a Equipo de Noticias para que cuente cómo, a pesar de los obstáculos que enfrentó en su corta vida, demostró que no hay límites cuando hay sueños y deseos de alcanzarlos.

Durante la entrevista, el flamante abogado comentó sobre su “pasión por el periodismo”. “Es un amor que no lo puedo explicar con palabras, tanto por la radio como la televisión, soy periodista por vocación”, comentó entusiasmado. 

En el intercambio con los comunicadores, Nicolás esbozó la misma intensidad para comentar diversos temas de actualidad e incluso dejó a las claras ser un gran consumidor de programas periodísticos locales, tanto de radio como de televisión.

Fue el momento en el que Solís le propuso que el domingo 1 de diciembre se sume al panel de comunicadores que cada fin de semana desarrollan variados informes y realizan entrevistas en el piso.

No dudó. Nicolás respondió con un “encantado”. 

 

Rumbo al título universitario

“Empecé la carrera de abogacía para defender los derechos de las personas con discapacidad, que podamos ser más incluidos en la sociedad, tanto en la educación como en el ámbito laboral”, señaló Nicolás, quien el pasado 20 de noviembre rindió y aprobó la última materia para hacerse acreedor al título universitario.

“Si uno tiene sueños por cumplir, objetivos por lograr, todo se puede alcanzar si uno se lo propone, los límites los ponemos nosotros. Siempre voy por un nuevo desafío. Todo se puede”, aseveró Nicolás.

“Las clases las grababa y descargaba los archivos en la computadora. Los exámenes los rendía en forma oral”, comentó. En este punto hizo especial hincapié al acompañamiento de la familia: su madre lo llevaba hasta el edificio universitario y allí lo esperaba hasta que terminaba el horario de cursado y sus hermanas le leían los textos para que su prodigiosa memoria retuviera los contenidos.

 

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