A través de la Ley N° 5.988, sancionada en 2011, en el marco de los 200 años de la batalla de Tacuarí, como se recordará, se instituyó el 9 de Marzo como Día del Niño Correntino, en reconocimiento y homenaje permanente al sacrificio por la Patria y la Libertad que prestó el niño Pedro Ríos en el mencionado combate, quien partió de la localidad correntina de Concepción del Yaguareté Corá hacia el Paraguay, bajo las órdenes del general Manuel Belgrano.

El niño Pedro Ríos nació en 1798 en Yaguareté Corá, en lo que hoy se llama Concepción del Yaguareté Corá, nominación que se recuperó también por autoría del legislador mencionado.

A fines de 1810 pasó por allí Manuel Belgrano con su reducido ejército, rumbo al Paraguay. Según Francisco Atenodoro Benítez, citado por Enrique Mario Mayochi, Belgrano con alguno de sus oficiales se dirigió al oratorio para rezar ante la imagen de San Francisco de Asís, Patrono del poblado, y que, como se sabe, vivió plenamente su fe católica y se convirtió en testimonio hasta en su propia muerte.

Al salir de la Capilla para visitar la escuelita, fue rodeado por varios paisanos que le pidieron los incorporase al ejército. Entre ellos estaba el pequeño Pedro Ríos, por entonces de 12 años, quien insistía en que lo incorporase a su tropa.

Belgrano dudó en un principio, pero el padre del niño, Antonio Ríos, antiguo maestro rural, le dijo: “No sólo doy mi consentimiento, sino también le ruego que lo acepte, porque yo, con mis 65 años de existencia, soy un hombre anciano, y la entrega de mi hijo es la única ofrenda que puedo hacer a la Patria”.

En el ejército de Belgrano había un comandante cuya visión estaba muy disminuida, quien pidió al General que aceptara al niño para que le sirviese de guía. Y así ocurrió.

Cuando llegaron al Paraguay, los patriotas debieron enfrentar la resistencia del gobernador Bernardo de Velazco. La primera batalla tuvo lugar en Paraguarí, donde Pedrito tomó a su cargo el tambor cuando el encargado del redoble de aliento ocupó un lugar como soldado.
El 9 de marzo de 1811 se desarrolló el duro combate de Tacuarí. Belgrano, con 250 hombres, debió enfrentar a 2.000. Siete horas duraron las acciones.

Pedrito, redoblando con los palillos el parche de su tambor, alentaba a los soldados de la Junta de Buenos Aires hasta que dos balas de fusil pusieron fin a su vida.

¡Cuán distinta sería la Nación hoy si se imitase en la práctica y no sólo en la retórica o el relato de la conducta de aquél padre y de su pequeño hijo!

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