El río Paraná registra su mayor bajante en los últimos 50 años y sus efectos empiezan a vislumbrarse. Especialistas afirman que los motivos de la bajante residen en la escasez de lluvias durante el último trimestre en toda la Cuenca, y afecta al Paraná y ríos Iguazú, Uruguay y Paraguay.

Este domingo, Equipo de Noticias emitió un informe de dicho fenómeno extraordinario que tiene un fuerte impacto productivo y ambiental, afecta la navegabilidad en Corrientes; altera la biodiversidad y produce desprendimientos de suelo.

El nivel del río Paraná está bajo, supera apenas el metro de altura. El nivel histórico para abril-mayo es de 4.11 metros.

“Es difícil que un río de las características del Paraná se quede sin agua porque es uno de los 10 ríos más importantes del mundo, pero hay una bajante severa”, dijo Oscar Orfeo, investigador retirado del CECOAL-CONICET-UNNE.

Sostuvo que hay que tener paciencia y estar atento a lo que ocurra en Brasil, “tiene que llover y mucho en la cuenca alta, porque puede llover en Corrientes y el río no va a subir”

“No hay que esperar soluciones mágicas, que Brasil abra las compuertas porque Brasil está con la misma consecuencia, acá tiene que llover en la cuenca alta, tener paciencia porque esto va a cambiar. El río nunca dejó de fluir, lo que sucede que tiene un caudal muy reducido con respecto a lo habitual”.

Por su parte, el agroclimatólogo Eduardo Sierra explicó que en mayo del año pasado, el río estaba en 5.50 metros, cerca del nivel de alerta, el cual asustaba, después bajó y no alcanzó a reponer el agua y alcanzó en febrero el máximo en 3.05 metros y ahora no superamos el metro”.

“Es preocupante, no hay posibilidad de que el río suba en invierno significativamente. Ahora entramos en época de bajante”, agregó.

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