El Juzgado de Menores Nº 3 otorgó la adopción plena de un niño a dos mujeres que en julio del año pasado decidieron incluir en su familia a un pequeño de cuatro meses que nació VDRL positivo, padece problemas respiratorios y un posible síndrome. Hasta ahora tenían la guarda preadoptiva.

Aparentemente era un día como cualquiera en el seno de esta nueva familia que hace poco más de un año tomó la decisión de compartir sus días y noches con un pequeño que al llegar a la casa tan solo tenía cuatro meses.

El niño, cuyo nombre se autorizó cambiar, ya que ahora lleva el de uno de sus abuelos, nació en Corrientes con VDRL positivo, problemas respiratorios y un posible síndrome.

Pero todo cambió, cuando la Jueza de Menores N°3 de Capital, doctora Pierina Itatí Ramírez, les notificó a las mamás que se le otorgaba la adopción plena.

“Ellas se emocionaron hasta las lágrimas, y el pequeño al ver a sus mamás entre risas y expresiones de felicidad, se sumó a la alegría y comenzó a aplaudir”, relató la doctora Ramírez.

La magistrada también les explicó que el niño tiene derecho a conocer sus orígenes cuando tenga edad suficiente para comprenderlo.
Y así de esta forma una jornada que comenzó normal, se transformó en inolvidable para esta familia que decidió, aceptando los retos, compartir juntos el camino de la vida.

No fue un transitar sencillo para el pequeño ya que llegó a su actual hogar luego de que se comprobara que su madre biológica no se encontraba en condiciones psiquiátricas de hacerse cargo de él, y el matrimonio que tenía la guarda transitoria manifestó su imposibilidad de continuar cuidando el niño.

Cuando en el 2019 pasado la Jueza declaró su estado de adoptabilidad, el niño se encontraba hospitalizado por afecciones respiratorias al cuidado del personal del hogar “Tia Amanda”, y al realizar las entrevistas a quienes estaban inscriptos en el Registro Único de Guarda con fines Adoptivos de Corrientes, tuvo la certeza de que este matrimonio era el indicado para dar amor al bebé.

Y de eso se trata, de priorizar el Interés Superior del Niño, identificando una familia que le brinde contención, amor y educación para que pueda tener una vida plena, sin detenerse en cualquier norma, acto o práctica discriminatoria basada en la orientación sexual de la persona, como lo establece la Convención Americana de Derechos Humanos.

Precisamente todo esto encontró la doctora Ramírez, cuando escuchó atentamente a estas dos madres, a las que no les interesó las complicaciones que pudieran venir.

“Fueron estas señoras quienes provocaron en mí la más íntima convicción que serían las madres idóneas para brindar el cuidado, contención y amor que este niño necesita. Se mostraron felices ante la posibilidad de ahijar al bebé pese a todos sus antecedentes genéticos, su delicado estado de salud y los posibles diagnósticos médicos que futuro pudieran llegar a instalarse” expresó en sus fundamentos la doctora Ramírez.

Y agregó: “Noté en ellas una genuina y acérrima convicción a la disponibilidad adoptiva de la situación planteada. No dudaron ante las potenciales complicaciones de salud que el niño pudiera exhibir más adelante; ni siquiera atisbaron a cuestionar su estado actual. Se mostraron exultantes ante la posibilidad de acogerlo”.

Desde ahora, los tres constituyen una familia también legalmente porque se les otorgó la adopción plena.

Esta adopción es diferente a la simple, ya que con ella el pequeño adquiere el mismo parentesco que tendría un hijo biológico de sus mamás con todos los parientes de ellas. La adopción simple sólo crearía un vínculo de parentesco entre el pequeño y sus mamás.

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