Alejandro Cottaro y Carlos Bacchini, los acompañantes terapéuticos del ídolo futbolístico, declararon ante los fiscales y dieron detalles de los últimos días de Diego con vida.

Los acompañantes terapéuticos de Maradona dieron detalles de los últimos días de Diego con vida.Los acompañantes terapéuticos de Maradona dieron detalles de los últimos días de Diego con vida.

Alejandro Daniel Cottaro y Carlos Bacchini, los dos acompañantes terapéuticos que estuvieron con Diego Maradona tiempo antes de su muerte, declararon el viernes pasado en la causa que investiga el posible homicidio culposos y dieron datalles sobre sus últimós días con vida: no existía una dieta para alguien con problemas cardiacos sino que le deban de comer sándwiches de miga de jamón y queso y osobuco con grasa y le controlaban los celulares.

“Lo que me extrañó mientras estuve es que los celulares de Diego sonaban todo el tiempo y los manejaban Maximiliano (Pomargo) y Jonathan (Espósito)”. Eso le dijo Cottaro a los fiscales.

“Eran dos celulares, en el sanatorio también los tenía. Me llamó la atención que cuando sonaba el teléfono le decían al que llamaba ‘el Diez está durmiendo’ y Diego estaba ahí con nosotros. Diego no los escuchaba porque cuando sonaban se iban al parque o se alejaban. A los que observé hacer esto eran a Maximiliano y a Jonathan”, expresó Bacchini, según reportó el periodista Martín Candalaft en Infobae.

Las personas mencionadas son Maximiliano Pomargo, cuñado de Matías Morla y al sobrino de Diego, Jonathan Espósito, dos de las personas más cercanas a Maradona desde hace años y que estuvieron al lado del ídolo hasta su fallecimiento.

Las declaración testimonial de los acompañantes terapéuticos ocurrieron el mismo día en que los investigadores abrieron los dos celulares marca iPhone que pertenecieron a Maradona y que fueron secuestrados el 25 de noviembre en la casa del barrio San Andrés de Tigre.

Además de detallar el control de sus celulares, contaron detalles de cómo llegaron a estar al lado de Diego y las situaciones que vivieron.

El primero en declarar fue Cottaro, que llegó a la vida de Diego en la clínica Olivos y luego fue convocado nuevamente para asistirlo en la casa de Tigre. Explicó que llegó el viernes 13 de noviembre, dos días después de la externación, a las 7 de la mañana y debía permanecer hasta las 19 para cumplir su turno de 12 horas.

“Diego estaba como blindado. El sobrino y los de seguridad te aislaban de Maradona, es como que no querían que tuviéramos contacto con él. Si el nos hablaba todo bien pero si uno quería acercarse enseguida los de seguridad y los demás (Jonathan Espósito o Maximiliano Pomargo) se interponían”, explicó.

En otro momento de la declaración, se refirió a las dificultades edilicias que tenía la casa para la “internación domiciliaria” y sobre lo que le daban de comer a ex entredor de Gimnasia: “Diego se despertó a eso de las 11.30. Salió de la habitación caminando y de buen ánimo. Dahiana (Madrid, la enfermera) le dijo que si él necesitaba darse un baño lo ayudaban. Diego le contestó que sí y lo llevaron junto a Jonathan a la parte superior de la casa a bañarse. Abajo no había ducha ni nada. Diego solo no podía subir a bañarse. Lo bañaron y bajó tranquilo. Luego le mandaron un paquete con sándwiches de miga de jamón y queso”, afirmó.

Cottaro, que es hermano de otro acompañante terapéutico que ya declaró, también contó que ese día, luego del mediodía, llegó a la casa Nicolás Taffarel, el kinesiólogo investigado por atender a Diego sin matrícula. Explicó que tanto él como el sobrino se encerró varias veces en la habitación y luego lo echaron. “cuando salió (Jonathan Espósito) me dijo que Diego no quería que haya gente en la casa, que no era nada personal pero que no quería saber nada. Yo le pregunté qué hacía y me dijo que me tenía que ir”, narró.

Por su parte, Carlos Bacchini, manifestó su sorpresa con la dieta que llevaba Diego: “Desde mi punto de vista no lo dejaban decidir por ejemplo con la comidas. Él pedía algo que quería y le decían que ya estaba la comida hecha. Recuerdo que Diego quería comer un día churrasquitos y le dieron osobuco con grasa. Yo no le hubiese dado eso a Diego sabiendo que tenía, como todos decían, problemas de corazón”.

A raíz de esta respuesta, uno de los fiscales quiso ahondar sobre el tema y le preguntó si alguien del entorno mencionaba o reparaba en las afecciones de Maradona. La respuesta fue: “Nunca mencionaron que Diego tuviera problemas del corazón las personas de la casa y le daban de comer los que ellos querían. No seguían ningún plan de dieta”.

Leopoldo Luque, el principal imputado, aseguró ante los medios que Maradona cardíacamente se encontraba en forma óptima para recibir su tratamiento, según estudios realizados entre enero y septiembre en las clínicas Ipensa y Olivos.

Esos estudios según la visión de los investigadores, fueron insuficientes o poco exhaustivos para un paciente como Maradona que sufría una cardiopatía crónica.

Es por ese motivo que aguardan por una nueva prueba que pude ser clave: la última historia clínica en ingresar al expediente, de la mano de un especialista del instituto Sacre Coeur.

Esos microinfartos siguieron ocurriendo horas antes de la muerte de Maradona, según la autopsia y su corazón ya pesaba más de medio kilo. De acuerdo a este diagnóstico, creen investigadores, Diego hubiese requerido medicación de manera crónica y abstenerse totalmente del alcohol.

Fuente: Crónica

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