El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva que abre la puerta a una posible catarata de juicios contra Twitter, Facebook y otros gigantes tecnológicos, en un nuevo paso en la guerra que ha lanzado contra las redes sociales, un arma importante en su campaña electoral. Las acusó de tener un “poder sin chequeo para censurar, restringir, amoldar, esconder, alterar virtualmente cualquier forma de comunicación”.

Dijo que “un pequeño y poderoso monopolio de redes sociales controla una vasta población de las comunicaciones públicas y privadas en Estados Unidos y nosotros sabemos quienes son, no los tenemos que nombrar, vamos a darles una lista completa”.

Además, señaló que Twitter toma “decisiones editoriales” y que ya no es una “plataforma neutral” sino un editor “con un punto de vista” y que tiene un “activismo político”. Y que se puede decir lo mismo de Facebook, Google y otros.

“Imaginen si su compañía telefónica silenciara o editara sus conversaciones. Las compañías tiene mucho mayor poder y más alcance que cualquier compañía telefónica en Estados Unidos”, agregó.

El decreto es un nuevo paso en la guerra del presidente contra las redes sociales, pero sobre todo contra Twitter. Trump había dado una pista el miércoles por la noche de que iba a tomar alguna medida con un tuit: “Las grandes empresas tecnológicas están haciendo todo lo que está en su poder para CENSURAR previamente la elección de 2020”, escribió. “Si esto sucede, no tendremos más nuestra libertad. Nunca dejaré que esto ocurra! Trataron en 2016 y no perdieron. Ahora se están volviendo absolutamente LOCOS. Estén atentos!”

La agencia Bloomberg publicó un borrador de la orden ejecutiva que anunciaría Trump. Según lo que consigna el documento, la iniciativa podría traer un aluvión de juicios sobre las empresas de redes sociales porque levanta ciertas protecciones gubernamentales que tienen esas compañías respecto de los posteos de los usuarios.

Esta especie de escudo legal se aplica en base a la presunta “buena fe” que tienen las compañías para eliminar o limitar la visibilidad de ciertos tuits, videos o posteos en las redes sociales. Pero la expresión “buena fe” no está definida por la normativa. El borrador ordenaría entonces a la Comisión Federal de Comunicaciones que defina esa expresión, lo que podría abrir brechas legales para que miles de usuarios puedan iniciar juicios.

Según The New York Times, “el decreto, que los funcionarios dijeron que aún se estaba redactando y estaba sujeto a cambios, facilitaría a los reguladores federales argumentar que compañías como Facebook, Google, YouTube y Twitter están suprimiendo la libertad de expresión cuando se movilizan para suspender a usuarios o eliminar publicaciones, entre otros ejemplos”.

El decreto, de acuerdo a Bloomberg, también señala que el presidente creará, a través del Departamento de Justicia, un grupo de trabajo formado por Ministros de Justicia estatales para que examinen las prácticas engañosas y revisen el gasto gubernamental en avisos en esas plataformas.

El decreto puede abrir una enorme batalla legal entre Washington y Silicon Valley.

En las últimas horas Trump se ha enfrentado ferozmente con Twitter porque esta empresa le colocó una etiqueta a uno de sus tuits para advertir a los seguidores que debía chequear una información presidencial, dando a entender que podía ser falsa o sesgada.

Se trataba de un tuit sobre el voto por correo, que Trump señalaba directamente como “fraudulento”. El dato, falso por cierto, no es menor porque se estima que mucha gente votará de esa manera en noviembre, por temor al contagio del coronavirus.

La cuenta de Twitter del jefe de la Casa Blanca, que con 52.000 tuits emitidos tiene más de 80 millones de seguidores, es un arma fundamental para su dueño, sobre todo en la campaña electoral, porque desde esa plataforma tiene una conexión directa con sus votantes, ataca a sus rivales, plantea temas y debates, magnifica sus logros, emite teorías conspirativas y también retuitea elogios y memes de sus simpatizantes.

Las redes sociales siempre han sido importantes para Trump, pero se han convertido en una herramienta fundamental en medio de la pandemia del coronavirus, cuando los actos de campaña se han suspendido y busca tener el camino despejado para atacar a su rival Joe Biden que no suele ser tan activo en esas plataformas

Fuente: Clarín

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