El cuerpo sin vida de Mason Pendrous, de 19 años, fue hallado el 23 de septiembre; nadie se había percatado de su ausencia en las clases o en el comedor.

El caso de Mason Pendrous, de 19 años, ha causado preocupación en Nueva Zelanda en torno al bienestar de los estudiantes en las residencias de las universidades, pues el joven que cursaba su primer año en la Universidad de Cantenbury fue hallado muerto en su dormitorio el 23 de septiembre sin que nadie lo notara aun cuando habían pasado casi dos meses de su desaparición.

Después de tres semanas, el caso ha vuelto a estar en medio de la polémica, pues el padrastro del joven, Anthony Holland, le informó al medio RNZ que Campus Living Villages, responsable de la dirección de la sala de estudiantes donde vivía el muchacho, los había perseguido para cobrarles facturas por servicios que Pendrous ya no había podido utilizar.

De acuerdo con Holland, Mason se encontraba estudiando el primer año de la licenciatura en Comercio electrónico y había intentado contactarlo muchas veces a través de mensajes de textos, correos electrónicos y teléfono, pero no había obtenido respuesta. Esto lo atribuyó al comportamiento típico del adolescente.

Al notar que el móvil de su hijo se había desconectado, decidió enviar un mensaje a un amigo suyo, quien contactó a otro el cual vivía en el mismo pasillo de Pendrous y así fue como detectaron el mal olor y el sombrío final de la situación. La última vez que hablaron padre e hijo fue el 19 de julio, a las 23:00 horas, aproximadamente.

Durante la entrevista con el medio neozelandés, Holland mencionó que el director del grupo de Campus Living Villages (CLV), John Schroder, le había vendido el servicio como un “cuidado pastoral” para su hijo, sin embargo, después de lo sucedido le informó que en los alojamientos de CLV había habido 12 muertes en todo el mundo en los últimos 13 meses.

“Mi hijo desapareció, nadie lo revisó. Me vendieron el cuidado pastoral para vigilarlo cuando era joven en una ciudad nueva”, fueron las palabras del hombre que aún tiene emociones de enojo y frustración debido a que la universidad no se interesó en el bienestar de su hijastro.

“Me siento un poco frustrado porque nadie, ni en la universidad ni en CLV eligió, después de cuatro o cinco semanas, seguirlo para averiguar por qué no había asistido a conferencias”, dijo Holland a un programa de RNZ.

Hasta el momento, la causa de la muerte, platicó el padrastro, no ha sido determinada, por lo que la policía de Nueva Zelanda se encuentra en una pesquisa acerca de este tema.

Respecto a la salud mental del joven, Holland declaró que no tenía ningún problema: “Perdimos a su madre hace cinco años por cáncer de seno. En ese momento, él y yo nos unimos. Éramos unidos antes, pero después nos acercamos más”.

Según información del diario británico The Guardian, la Universidad de Canterbury ha lanzado una investigación independiente para esclarecer la muerte del joven originario de Wellington. Entre los aspectos que se encuentran en escrutinio están la ausencia en las clases y comedores, así como las omisiones del personal adulto que supervisa a los estudiantes en Sonoda.

A cargo de esta investigación independiente se encuentra el ex juez de la corte superior Kit Toogood, cuya primera línea será determinar si se plantearon preocupaciones sobre el bienestar de Pendrous en la universidad antes de su muerte, además de conocer cómo fue posible que su ausencia de las clases y las comidas pasaran desapercibidas por tanto tiempo.

Pendrous fue encontrado el lunes 23 de septiembre por la noche en la residencia Sonoda, en el campus de Christchurch, gracias a que sus compañeros notaron el mal olor y subieron al techo del lugar para revisar la habitación. Después de ver lo que había pasado decidieron alertar a la policía.

Diversos medios han intentado contactar a Campus Living Villages, pero no no han recibido respuesta alguna. La única información que se tiene sobre el caso es que la residencia donde murió Pendrous ya no se utilizará para alberga a estudiantes universitario de primer año a partir de 2020.

Fuente: Infobae

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