Más de dos mil autos que trabajan en el transporte liviano en la ciudad ya utilizan el gas licuado de petróleo para abaratar costos fijos. Desde la estación de avenida Maipú brindaron especificaciones técnicas. En todo el NEA hay expendedoras de ese combustible.

La uti­li­za­ción de gas li­cua­do de pe­tró­leo au­to­mo­tor (GLPA), co­mo una al­ter­na­ti­va eco­nó­mi­ca y eco­ló­gi­ca a las naf­tas tra­di­cio­na­les, cre­ce en la re­gión y se afian­za en­tre los au­to­mo­vi­lis­tas.

En la ciu­dad de Co­rrien­tes, des­de ha­ce ya más de una dé­ca­da, fun­cio­na una es­ta­ción de ser­vi­cio de es­te ti­po de com­bus­ti­ble en la ciu­dad (en ave­ni­da Mai­pú al 800).

Es así que el em­pre­sa­rio im­pul­sor del GLPA en el Nor­des­te, Ra­úl Per­so­glia, fue con­sul­ta­do acer­ca de las ven­ta­jas del uso de es­te gas y tam­bién acer­ca de es­pe­ci­fi­ca­cio­nes téc­ni­cas y cos­tos de los equi­pos uti­li­za­dos pa­ra “con­ver­tir” a los co­ches a gas.

“Los pre­cios de los equi­pos (con ins­ta­la­ción) va­rí­an de acuer­do al ve­hí­cu­lo a ins­ta­lar y los ti­pos y ca­pa­ci­dad de los tan­ques. Por ejem­plo: un equi­po de GLPA pa­ra un au­to que, ge­ne­ral­men­te, se usa pa­ra re­mís o ta­xi, es­tá en el or­den de los 42 mil pe­sos”, des­cri­bió.

“Los equi­pos uti­li­za­dos, ge­ne­ral­men­te, son de dos ti­pos: los con­ven­cio­na­les, que son pa­ra ve­hí­cu­los an­ti­guos que usan car­bu­ra­dor y los de quin­ta ge­ne­ra­ción que son los de in­yec­ción de gas, pa­ra ve­hí­cu­los mo­der­nos, es­tos pue­den ser ins­ta­la­dos con cual­quie­ra de los dos ti­pos de tan­ques. Hoy ma­yo­ri­ta­ria­men­te se es­tá em­ple­an­do el tan­que to­roi­dal”, en­fa­ti­zó Per­so­glia.

Al ser con­sul­ta­do acer­ca de cuán­to se le car­ga a esos equi­pos, el em­pre­sa­rio in­di­có que de­pen­de del ti­po de tan­que. Pa­ra el ca­so de los “to­roi­da­les”, que van en el lu­gar del va­no de la rue­da de au­xi­lio, es­tán en el or­den de los 40 li­tros de GLPA. “E­sa mo­da­li­dad de tan­que es pa­ra aque­llos que va­lo­ran el es­pa­cio li­bre del ba­úl. Pa­ra los que des­ta­can la au­to­no­mí­a, hay tan­ques de 70 has­ta 85 li­tros, te­nien­do en cuen­ta siem­pre el es­pa­cio con el que cuen­te el ve­hí­cu­lo pa­ra su ins­ta­la­ción”, re­fle­jó.

So­bre qué ti­po de ser­vi­ce se les ha­cen a los equi­pos y su vi­da útil, el men­cio­na­do sos­tu­vo que: “Se re­co­mien­da pa­sar por el ta­ller pa­ra ve­ri­fi­ca­ción ca­da 20 mil ki­ló­me­tros y una vez al año a re­no­var la oblea de ha­bi­li­ta­ción. El li­mi­ta­dor de vi­da útil del equi­po es­tá da­do por el tan­que. Da­do que a es­te se le de­be re­a­li­zar una re­prue­ba ca­da 5 años, pu­dien­do ha­cer dos re­prue­bas. Fi­nal­men­te a los 15 años ca­du­ca”.

Per­so­glia re­cal­có que “u­na vez co­lo­ca­do el equi­po pa­ra GLPA, el ve­hí­cu­lo siem­pre arran­ca a naf­ta y lue­go pa­sa a gas, cuan­do se con­su­me to­do el gas, vuel­ve a naf­ta”.

Fuente: Diario época

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