Una mujer fue atacada por dos motochorros en una parada de colectivos. Como ella se resistía al robo de una cartera, la golpearon en la cabeza con un revólver y también la lastimaron en un brazo. “Pensé en mis hijos y me largué a llorar”, dijo. Los autores siguen prófugos.
Una mujer sufrió heridas durante un asalto a mano armada cometido por dos motochorros, quienes la atacaron cuando estaba sola en una parada de colectivos en el barrio Pirayuí Nuevo, en la capital correntina.
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Cortes en el cuero cabelludo y en un brazo, además de hematomas, fue el saldo de la golpiza a la que la sometieron los delincuentes a plena luz del día. De esa forma, lograron robarle una cartera y una cadenita.
“Hija de p…, dame la cartera o te quemo, te quemo eh!!”, fue la amenaza contundente que lanzó uno de los asaltantes mientras forcejeaba con Mónica G., de 49 años.
“En ese momento no medí lo que hacía y lo único que trataba era de evitar que me roben la cartera. Después de que pasó todo pensé en mis hijos y me largué a llorar”
El atraco se produjo en el complejo habitacional 500 Viviendas. Fue el jueves a la tarde. “Recuerdo bien, eran las 17:30. Aparecieron dos hombres en una motocicleta circulando arriba de la vereda; pararon, y uno de ellos lo primero que hizo fue sacarme la cadenita”, explicó Mónica.
La resistencia de la mujer en procura de evitar la sustracción de su cartera, llevó a que el delincuente la agrediera con ferocidad. “Me atacó con el arma; tengo un corte en la cabeza y otro en el brazo izquierdo. No me fracturó de casualidad”, señaló.
En medio del forcejeo, el motochorro armado le apuntó al abdomen y luego a las piernas, mientras amagaba con efectuar un disparo. Finalmente, los ladrones le robaron el bolso. “Tenía algo de plata, documentos, tarjetas de cobro, carnet de obra social. El celular no me lo sacaron porque lo tenía en el bolsillo de la campera”. Mónica agregó que, de tanto gritar, alertó a un joven, quien se acercó para ayudarla e hizo un intento de enfrentar a los delincuentes, pero éstos le apuntaron con el revólver e hicieron que retrocediera.
Ambos malhechores vestían buzos con capucha. Uno de ellos, quien portaba el arma de fuego, tendría una edad estimada de 40 años. Circulaban en una motocicleta tipo 110 roja.
“Quedé temblando del miedo y recién supe que estaba lastimada cuando me vi la sangre que caía del brazo y la cabeza”.
fuente: Época