Desde Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO) denunciaron a la industria farmacéutica cómo “única beneficiada” en este contexto.

El presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), Pedro Bussetti, afirmó que el precio de los medicamentos subió el doble desde el año pasado y remarcó que desde el triunfo de Alberto Fernández en las PASO “el incremento fue del 20 por ciento”.

Asimismo, Bussetti precisó que desde 2015 hasta la actualidad el aumento en este rubro fue de casi un 300 por ciento.

“Creemos que la industria farmacéutica, de alguna manera, es la beneficiaria en todo esto. La devaluación se produjo el día lunes 12 de agosto y, automáticamente a partir de ese mismo día, hubo corrección de precios. La devaluación se trasladó sin un análisis de costos, sin una autorización por parte del Ministerio de Salud y de forma unilateral”, explicó el presidente de DEUCO en declaraciones que este domingo publicó Diario Popular.

Asimismo, señaló que “a lo largo de este año, este aumento viene deteriorando la capacidad de compra de las personas que están enfermas, sobretodo de las personas mayores, donde hay un mayor consumo de medicamentos por cuestiones lógicas”.

En el informe de DEUCI se pidió que haya un control estricto como en 1988 y “precios máximos fijados” por el Estado.

De acuerdo a los datos proporcionados por aquella entidad, el silidral uno (para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica) pasó de 464,52 pesos, en 2018, a 870 en agosto de este año; el sifrol (para tratar el Parkinson), pasó de 3.790,12 a 8.656,19 pesos; el amisped pediátrico (asma), de 734,38 a 1.502,56 pesos; el ambien (insomnio), de 240,51 a 478,04 pesos.

Además; el danantizol (tiroides), pasó de 61,28 pesos a 214,47; el amaryl (diabetes), de 271,26 a 570,82 pesos; el dipni (hongos), de 209,18 a 433,25 pesos; el diural (antihipertensivo), de 54 a 102 pesos; el dilatrend (antihipertensivo), de 128,29 a 506, 90; el dolo glucoarrumalon (antiartrósico), de 789,26 a 1617,75; y el nabila (antihipertensivo), de 141,09 a 256,78.

“Se han contado muchas anécdotas en que la gente va a la farmacia y le pide al farmacéutico que le venda una ‘tirita de diez’, si le puede fraccionar cinco comprimidos o no lo compra, porque no lo puede comprar o no le alcanza la jubilación, la pensión o el ingreso que tiene”, añadió.

De todas maneras explicó en referencia al incremento de precio que “también hay una restricción y reducción de beneficios que daba el PAMI, que cubría mucho de los medicamentos al 100% y ahora no los cubre”.

“Los jubilados, con una jubilación de menos de 13 mil pesos, tiene que comer, vestirse, comprar medicamentos, y obviamente que no le alcanza”, lamentó.

Por este motivo, Bussetti apuntó contra la industria farmacéutica y aseveró que “darle la libertad de mercado a los laboratorios termina de esta manera, afectando a la salud de todo el pueblo argentino”, .

“Si hay un sector que tiene que tener control estricto es el de los medicamentos, como sucedió hasta 1988, antes de la asunción de Carlos Menem, que los medicamentos estaban regulados por el Estado y tenían precios máximos fijados por el éste. Cada vez que había un aumento debía ser autorizado por el Ministerio de Salud”, analizó.

“Hoy solamente hay un gran beneficiado que son las grandes empresas, las empresas monopólicas, de gas, transporte, luz, las productoras y el sistema bancario”, precisó Bussetti.

Por último, afirmó: “Nosotros, como representantes de los consumidores, pedimos un cambio de política económica, pero nos preocupa el cómo llegamos hasta octubre con esta situación tan grave”.

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