La Justicia Federal de Corrientes encontró culpable a Abelardo “Martillo” Acevedo de liderar una banda que lavaba dinero producto del narcotráfico y lo condenó a 13 años de prisión. Se trata de una sentencia dictada contra un expolicía que dejó el uniforme para dedicarse a blanquear el dinero de la comercialización de estupefacientes.
El su dictamen, la Justicia Federal también condenó a otros cuatro integrantes de la banda delictiva. La misma sentencia recayó sobre Jorge Victoriano Gómez, a quien también se lo sindicó como cabecilla del grupo narco.
La esposa de “Martillo”, Elsa Lilian Domínguez, y la pareja de Gómez, Verónica María de los Ángeles Orué, fueron sentenciadas a seis años cada una, por haber oficiado como “testaferros”. En su poder tenían vehículos y bienes que no pudieron justificar. La misma pena recibió Martín Victoriano Gómez, quien fue señalado como “mano de obra” para llevar adelante la logística del grupo delictivo.
Un dato: otro expolicía fue absuelto. Se trata de Jorge “Ñoqui” Romero. Para la Justicia Federal, no se recabaron pruebas suficientes para condenarlo.
La banda fue atrapada en 2016 en el playón del Hospital Pediátrico Juan Pablo II. Precisamente habían elegido ese lugar como base de sus operaciones relacionadas a préstamos ilegales con dinero proveniente del narcotráfico.
Al momento en el que los malvivientes realizaban “sus prácticas comerciales”, efectivos federales los rodearon y no les dieron tiempo a defensa o escape. La operación fue cuidadosamente concretada debido al gran número de personas que estaba en el lugar. Además, a los delincuentes se les secuestro armamento de gran poder de fuego que incluía balas “mata policía”, llamada así por su capacidad para perforar chalecos antibala.