Chastity Patterson, vecina de la ciudad estadounidense de Newport (Arkansas), enviaba mensajes por SMS al número telefónico de su padre cada día desde su muerte, hace 4 años. Esta semana, sucedió lo inesperado: recibió respuesta.
“Hola papá, soy yo. ¡Mañana será de nuevo un día difícil!”, escribe la mujer, de 23 años, en su último texto mandado al fallecido.
“Te perdí hace cuatro años. […] Mucho ha sucedido en este breve tiempo”, indica y recuerda los hitos de su vida, que el padre no vio: graduación del colegio, relaciones fallidas con un novio, la pérdida de todos los viejos amigos y el hallazgo de un nuevo amor. Menciona que el cáncer que venció cuando su padre estaba vivo, no ha regresado porque se cuida bien, y que conduce el mismo coche que hace 4 años.
“Estoy muy bien, estarías tan orgulloso de la mujer en la que me he convertido… […] ¡Solo quería decir que te amo y realmente te extraño!”, escribió la joven.
“Mi nombre es Brad, perdí a mi hija en un accidente automovilístico en agosto del 2014 y tus mensajes me han mantenido con vida. Cuando me escribes, sé que es un mensaje de Dios”, se lee en la respuesta.
“Hace años que quería devolverte el mensaje de texto, pero no quería romperte el corazón. Eres una mujer extraordinaria y desearía que mi hija se hubiera convertido en la mujer que eres […] me recuerdas que hay un Dios”, dice Brad y se excusa: “Me disculpo de que tengas que pasar por todo esto, pero si esto te hace algo mejor, estoy muy orgulloso de ti”.