Gliceria Ibarra estudió actuación, baile y canto.Desde hace más de una década, decidió dejar Corrientes, afianzarse en Buenos Aires para incursionar en el mundo del espectáculo.
Consultada sobre la decisión de incursionar en el maquillaje artístico, comentó que estudiaba comedia musical en Universidad del Arte, había una materia llamada maquillaje y caracterización, “allí descubrí un mundo donde podía transformar a una persona en otra. Seguí la carrera, me fui a perfeccionar a Los Angeles, no paré y empecé a trabajar”.
En Argentina, profesionalmente, son cuatro personas que desarrolla la actividad. “Caracterizadores hay varios, cuando te dedicas profesionalmente, podes hacer rodaje con continuidad, que sería grabar cinco días seguidos, un mismo personaje, no tenes que confundirte en la posición de una herida, de una quemadura y tiene que ser exactamente igual, para eso hay que hacerlo con molde, no es un efecto descartable”.
“Hago efectos especiales, prótesis que pueden ser para un cortometraje o para un rodaje con continuidad. En el país, para una película, mínimo se están 30 días para hacer un film. En Estados Unidos para hacer una película, tres meses, cada prótesis que se usa la tienen que ir reemplazando”, explicó.
Dijo que en Argentina es poca la demanda y el trabajo es complicado,se necesita mucho tiempo para hacer una prótesis. Es un país que produce comedia para la cinematografía, no produce terror, acción. Sí hace a los imitadores nariz, pómulos, boca.
Gliceria tambien es bailarina, vivió de eso durante bastante tiempo, “me dan la oportunidad de diseñar todo el espectáculo de Fátima Flores y dejé todo por el maquillaje y el vestuario”, destacó en Equipo de Noticias.
Además fusionó el fitness con los carnavales, adaptando el vestuario de la competencia deportiva con detalles de la fiesta carnestolenda, “las chicas estaban acostumbradas a competir con las mallas y biquinis con las mismas piedras, mismo tamaño y color, yo decía que era aburrido y decidí hacer algo diferente”.