“Rock and roll part 2” es una de las canciones más influyentes y famosas del glam rock. Dividida en dos partes, una con vocales y otra instrumental, apareció en una multitud de películas: Muerte súbita, Full Monty, Los suplentes, Pequeños Guerreros, Los fockers: la familia de mi esposo, y la más reciente, Joker. En eventos deportivos estadounidenses, la canción fue durante años un tema de unión y victoria: esa batería adictiva y esa letra consistente en celebratorios “¡hey!” era un himno claro para un ganador. La canción fue tarareada por los protagonistas de The Office y también por Homero en uno de los episodios más divertidos de Los Simpson, “Un pez llamado Selma”. La canción es tan célebre que cualquiera que no sepa quién es su autor la puede tararear con facilidad. Hasta Homero Simpson.

¿Pero quién es su autor? Detrás está Gary Glitter, nacido con el nombre de Paul Francis Gadd. Escribió “Rock and roll part 2” junto a Mike Leander, productor de muchísimos éxitos de los años setenta y ya fallecido, y hoy es su éxito más recordado. Pero no el único: a principios de los setenta puso a diez sencillos en el top 10 de Inglaterra, tres de ellos en el número uno. Sus ventas de álbumes se estiman en 20 millones. Gary Glitter fue una de las presencias más vibrantes sobre el escenario, una influencia para artistas tan dispares como Freddie Mercury, David Bowie, Elton John o Alaska y Dinarama, que le dedicaron uno de sus mayores éxitos, “El rey del glam”. Su apellido artístico llegó a dar nombre a un subgénero, el glitter rock. Hoy poco queda de aquella gloria: Paul Francis Gadd lleva desde 2015 cumpliendo condena en la prisión de Wandsworth, en Londres, por abusar sexualmente de tres nenas.

Esta condena fue el fin absoluto de su carrera. A los 75 años y todavía con 13 que cumplir en prisión, será un anciano cuando abandone la cárcel, si lo hace con vida. En los estadios tampoco se escuchaba ya “Rock and roll part 2”: la NFL les pidió a los equipos en competición que dejasen de cantar la canción en 2006, cuando empezaron a salir a la luz graves acusaciones contra Glitter.

Sin embargo, este fin de semana la canción cobró vida de nuevo. Si uno entra en YouTube y busca “Rock and roll part 2” encontrará varios videos que reproducen la canción. El que tiene más visitas atesora ya cuatro millones de visualizaciones. Hasta hace una semana, los comentarios iban desde las críticas a los chistes de dudoso gusto, pasando por unos pocos que aún defendían su música y la separaban de sus terrible vida personal.

Pero desde que se estrenó Joker el pasado viernes y rompió varios récords de taquilla, ya que lleva recaudados casi 250 millones de dólares en apenas cuatro días, todos los comentarios tienen que ver con la película. En un caso hay más de 130 comentarios inspirados en el film de Joaquin Phoenix. Y eso, solo en este video: el mismo panorama se repite en otra docena que reproducen la canción en YouTube.

El uso de una canción de Gary Glitter en una película destinada a las masas despertó de nuevo ese debate que aparece cada pocos meses cada vez que un artista de renombre es acusado de actos inaceptables: ¿podemos disfrutar del talento de un monstruo? Algunos tabloides británicos como The Sun y el Daily Mirror, incluso otros medios más serios como la cadena estadounidense NBC, ya pusieron el grito en el cielo y denuncian que “un pedófilo convicto ganará una fortuna gracias a los derechos de autor”.

El caso recuerda irremediablemente a Michael Jackson, pero no es en absoluto lo mismo. Jackson es una de las personas más famosas del mundo, su juicio en 2005 (en el que fue declarado no culpable por falta de pruebas concluyentes) atrajo cobertura mediática mundial y el documental Leaving Neverland, en el que diez años después de su muerte hablaron dos supuestas víctimas de sus abusos, provocó un terremoto informativo y el veto de sus canciones en emisoras de Canadá o Nueva Zelanda. A nadie se le pasaría por la cabeza que en una película llamada a conquistar a las masas sonase una canción de Michael Jackson en un momento tan delicado. ¿Por qué entonces nadie puso el grito en el cielo por incluir una de Gary Glitter? Porque, en este caso, la canción está muy por encima del artista en el imaginario colectivo.

El juicio de Glitter fue seguido en los medios británicos, pero no tuvo tanto eco afuera. Esta canción tiene casi 50 años. Siguió siendo banda sonora de series y películas incluso después de que comenzasen las acusaciones contra el cantante, porque la causa que lo llevó a prisión se extiende durante décadas: ya había sido arrestado por posesión de pornografía infantil en 1997 y 1999, deportado de Camboya y Vietnam por abuso de menores en 2002 y declarado culpable de ese mismo delito en Vietnam en 2006, donde cumplió dos años de prisión antes de volver a Inglaterra. Durante esos años siguió publicando nuevos discos.

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El debate que este fin de semana resucitó en Inglaterra por el uso de “Rock and roll part 2” en Joker ya fue analizado por Billboard en 2014, que se preguntaba: “¿Por qué se sigue pasando la canción de un pedófilo condenado?”. En aquel artículo, una fuente aseguró que “Rock and roll part 2” generaba 250.000 dólares al año en derechos de autor antes de ser prohibida por la NFL en 2012. El uso del tema en una de las películas más taquilleras del año puede dar, efectivamente, mucho dinero a Gary Glitter. Un dinero que habrá sido negociado, estando él en prisión, a través de su editorial y su discográfica.

Son muchos los que hoy saludan este tema como “¡es la canción de Joker!” y muchos menos los que siguen señalando “¡es la canción de un pederasta!”. Parece que la música se sobrepone a la controversia. El caso de Gary Glitter vuelve a demostrar que la censura pública de una obra que pertenece a un artista que cometió actos abominables funciona como el proverbio del árbol en el bosque: solo hace algún ruido si alguien está allí para escucharlo.

La lista de artistas que crearon canciones eternas o técnicas de producción que cambiaron la música para siempre está llena de personas que cometieron actos similares: Joe Meek, Phil Spector, Ike Turner. Pero siguen recibiendo reverencias. A la pregunta: ¿puede alguien disfrutar todavía de su obra?, la respuesta debería ser que las grandes canciones dejan de ser, en cierto sentido, propiedad de sus autores para pasar a serlo del oyente, que las asocia a momentos especiales de su vida. “Rock and roll part 2” sonó en tantas fiestas, celebraciones, partidos, películas y series que está muy por encima de Gary Glitter y de sus crímenes. El arte sobrevive al artista. Pero esto es tan personal como el gusto musical: si a usted le incomoda, no la escuche. Esa opción también es completamente respetable.

fuente:TN

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