Una ONG de Francia detalló todos los procesos de emisión de tóxicos que se desprenden del uso de los servidores de Internet.

Prendemos el televisor, entramos a cualquier servicio se streaming, miramos un capítulo de media hora de nuestra serie preferida y, al terminarlo, contaminamos lo mismo que un auto circulando durante seis kilómetros, advierte la ONG francesa Shift Project.

“Media hora viendo Netflix genera las mismas emisiones que seis kilómetros circulando en auto”, denuncia esta organización, tomando como referencia vehículos con motor exclusivamente a combustión interna, no eléctricos e híbridos (combinan motores eléctricos con uno a explosión).

Según Shift Project, treinta minutos de streaming consumen energía correspondiente a la emisión de 1,6 kilogramos de dióxido de carbono. Esta cifra prende una alarma: Netflix es visto por alrededor de 130 millones de personas de 90 países.

Las emisiones generadas durante el año pasado por esta plataforma, siempre basándonos en el estudio de Shift Project, equivalen a la contaminación por tránsito de vehículos de países enteros del tamaño, por ejemplo, de España. Y avisan que podría duplicarse en el próximo lustro.

Por supuesto, Netflix no es la única plataforma apuntada por Shift Project. También menciona a Hulu, Amazon, Prime y similares de la industria audiovisual pornográfica.

La huella climática se volvió “insostenible”, explican, desde la aparición de formatos en alta calidad. Esto es: como los archivos de video ahora son más pesados producto de la definición, la cantidad de datos en circulación es mayor y su demanda de energía también.

En esta línea, la revista científica Nature atribuyó el 0,3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero a los centros de datos. Y esperan que, hacia 2030, el 21 por ciento del consumo mundial de electricidad correspondan a redes de TI, dispositivos electrónicos y centros de datos.

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