En la continuidad del juicio por la muerte de Gabriel Tichellio, en la tercera jornada del debate, la viuda del agente penitenciario asesinado, Lorena Encina, una de las imputadas por el homicidio, pidió declarar. En su exposición culpó a su amante, Miriam Jara, por el crimen. Aseguró que al momento del deceso se encontraba en la plaza junto a sus hijos. Ante el tribunal se quebró y estalló en llanto.
El jueves 26 de julio de 2018, Tichellio terminó su guardia, fue a su casa en el barrio Nuestra Señora de la Asunción y, tras el almuerzo, fue a dormir la siesta. Estaba recostado sobre su espalda con el parental de la cabeza izquierda sobre su almohada. En pleno sueño recibió un poderoso golpe en la cabeza con una masa. Al primer impacto, que le quebró el cráneo, siguió otro.
En la anterior jornada, la segunda, Fue Jara quien solicitó prestar declaración. En dicha oportunidad, aseveró que ella estaba escondida en un garaje cuando se produjo la muerte de Tichellio. Apuntó a Encina como la homicida.
Ayer fue el turno de la viuda. Encina aseguró que era víctima de violencia de género por parte de su marido. “Tichellio me pegaba y denigraba como mujer”, comentó. Agregó que nunca lo denunció porque le tenía miedo. Y señaló que en la mañana en la mañana del crimen, el penitenciario recibió un duro castigo porque descubrió la infidelidad.
“Ese dia la llame a Miriam para terminar la relacion, le conté lo que pasó. Ella se enojó mucho. Me dijo que lo iba a matar”, continuó Encina su relato.
La viuda dijo que al regresar al mediodía, Tichellio le tiró la comida en la cara en plena discusión por la infidelidad. “Lleve a mis hijos a la plaza porque estaba asustada, cuando volví, encontré a Miriam ensangrentada. Me dijo ´listo gorda, lo mate´”, aseguró ante los jueces del tribunal.
Respecto a los motivos por los cuales no denunció lo ocurrido, apuntó que Jara la amenazó de muerte. “Por eso conté la verdad recién cuando ella estuvo detenida”, argumentó.
En ese sentido relató que fue ella quien manejó la camioneta Kangoo con la que trasladaron el cuerpo sin vida de Tichellio (descartado en avenida Maipú cerca del cruce con la Ruta Nacional Nº12, al lado de las vías del tren). Pero que al hacerlo cometió todo tipo de errores en la conducción con el fin de que alguien la denunciara y fueran interceptadas por la Policía. “Ella estaba al lado y me apuntaba con una pistola”, señaló.
“Nunca pensé que estaba con un monstruo, con un demonio”, relató luego al calificar a Jara con tales apelativos para concluir: “Lo extraño mucho a Gabriel, quiero pedir perdón a mis hijos y familia, yo tambien estoy sufriendo”. Luego la viuda lloró.