La comunidad de Itá Ibaté vivió ayer una jornada especial con la celebración de la primera misa presencial tras dos meses, en la que los feligreses no pudieron llegar hasta las iglesias debido a las medidas de aislamiento preventivo por el coronavirus.
La celebración se dio en la víspera en iglesia de la Inmaculada Concepción en la localidad ribereña, oportunidad en la que el párroco Víctor Aranda dirigió la palabra a casi una veintena de fieles.
La flexibilización para la celebración de la ceremonia religiosa se dio en Itá Ibaté por medio de una decisión tomada por el Comité de Crisis de la localidad, en el marco del ingreso a la fase Nº 5 dispuesto por el Gobierno de la Provincia días atrás.
Las instalaciones de la iglesia Inmaculada Concepción fueron adecuadas a los requerimientos indicados por el Comité de Crisis local, con un distanciamiento social –solo dos personas por banco–, uso obligatorio de barbijo y una persona dispuesta en el acceso para la aplicación de alcohol en gel a los fieles que lleguen al templo.