Una vieja casona del casco histórico capitalino encendió una controversia respecto a una normativa municipal. Se encuentra por calle Buenos Aires, entre 25 de Mayo y Carlos Pellegrini.
El problema no radica en sus dimensiones ni en la ocupación de la vereda. El tema aquí es el color azul. Es que la Ordenanza Nº 964 dispone que los colores que se utilicen en los frentes domiciliarios deberán buscar “la integración con las edificaciones vecinas y se eliminarán los tonos fuertes”. Justamente, la tonalidad elegida por el propietario fue la de un azul oscuro.
“Se usarán al efecto tonos neutros y mates que no produzcan estridencias cromáticas”, añade la reglamentación capitalina, donde se argumenta que “el uso del color no debe desvirtuar las características plásticas de la organización formal de los parámetros externos”.
Para el arquitecto, Gabriel Romero, que además es el presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, la situación “es solucionable”.Aunque sostuvo ante LT7, que es clave “el respeto por la ordenanza así como la posibilidad de que los edificios se conserven”.
Esta polémica por el color de una casa, da la posibilidad de recordar que hay casos como el de 25 de Mayo y Córdoba, donde tampoco se cumplió. Es más, allí se derrumbó una casa y ahora hay un moderno edificio. Lo mismo sucedió con el edificio del grupo Goitia, en la esquina de 25 de Mayo y La Rioja, donde funciona parte de las oficinas del Senado.
A lo que se puede agregar -también con este grupo empresario entrometido- el tema del Hotel de Turismo, cuyas refacciones se hicieron en abierta contradicción a las normas, con la complacencia del gobierno comunal de Camau Espínola, quien en la inauguración no ocultó sus ansias de fotografiarse junto al titular de la firma, Jorge Goitia.
