Nació como una opción de un único mes y la administración de Alberto Fernández ya anunció una tercera cuota que llegará a unos 9 millones de hogares. El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), también referido informalmente como “Bono Anses”, está dirigido a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), monotributistas de las categorías más bajas y sociales, trabajadores y trabajadoras de casas particulares, desempleados y empleados informales de entre 18 y 65 años.
Se trata de un ingreso de $10.000 que son cobrados por un solo integrante de cada grupo familiar, priorizando a las mujeres. Así, el Gobierno ya destinó unos $176.000 millones en las dos primeras cuotas de esta suerte de sostén del consumo básico que fue oficialmente anunciado el 24 de marzo, desde Olivos, por los ministros Claudio Moroni (Trabajo y Seguridad Social) y Martín Guzmán (Economía).
“Lo que estamos haciendo es asegurarnos que todas las personas que viven en Argentina quedan protegidas en esta situación de crisis”, dijo entonces Guzmán, en tanto Moroni indicó que se trataría de un pago único “pero que podría repetirse si la situación lo amerita”. Además, Moroni explicó que el beneficio era compatible con la AUH “porque entendemos que apuntan a cosas distintas: la AUH apunta a atender a los hijos menores, este ingreso a atender esta situación de pérdida de ingresos de la familia como consecuencia de la emergencia sanitaria”.
¿Pero para comprar qué cosas alcanza el IFE? El complemento está orientado a cubrir parte de los ingresos que las personas no pueden conseguir en medio de la pandemia y sabe a poco, aunque tenga un costo fiscal no desdeñable, en un contexto de inflación creciente.
Por cierto, el alcance del IFE respecto de la población no fue igual en todo el país. Según un estudio de los investigadores Oscar Cetrángolo y Javier Curcio, de la Fundación Centro de Estudios para el Cambio Estructural (CECE), la provincia donde mayor incidencia tuvo fue el Chaco, donde los perceptores equivalen al 26,5% de la población total (esto es, más de uno cada cuatro habitantes recibe esta ayuda), seguida por Santiago del Estero, Formosa, Corrientes y Catamarca.
En cambio, el distrito donde el beneficio tiene menor incidencia respecto de la población total es CABA (9,4% de la población), seguida de las provincias del extremo sur del país: Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, las primeras dos de alta incidencia del empleo público y la tercera de alta incidencia del empleo fabril a partir de los beneficios fiscales al régimen fueguino. En el conjunto de los distritos, los principales beneficiarios del IFE (entre 60 y 70% del total, según la provincia) fueron trabajadores informales, seguidos por perceptores de AUH y AUE y, en menor medida, monotributistas y empleados de casas particulares.
A su vez, un estudio de Capello y Laura Caullo, del Ieral, precisó la distribución geográfica de la cantidad de beneficiarios, que respondió aproximadamente a la distribución de la población: 36,4% del total de beneficiarios residen en la provincia de Buenos Aires, 8,4% en Córdoba y 7,7% en Santa Fe. En el extremo opuesto, Tierra del Fuego, Santa Cruz y la Pampa recibieron, en conjunto, 1,5% de los pagos, una proporción levemente inferior a la que representan del total de habitantes del país.