Para la Cámara de Medicina Oftalmológica los aranceles están retrasados más de un 800% y una consulta ya debería costar $25.000. Piden al Estado nacional rediscutir el Plan Médico Obligatorio y avanzar hacia un sistema donde el paciente asuma una buena parte de los costos.

El presidente de la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF) y Magíster en Administración de Servicios de Salud, Juan Manuel Ibarguren, advirtió la crítica situación financiera que atraviesan consultorios, clínicas e instituciones que ofrecen la especialidad en todo el país. “Las asimetrías que están relacionadas a los ingresos y los egresos se han profundizado”, remarcó en una entrevista con diario época.

 

Desde el organismo de representación nacional enumeraron una serie de factores que conducen a todos los prestadores a una crisis de rentabilidad que podría acabar en el cierre de consultorios. Al mismo tiempo, y más perjudicialmente, una baja en la calidad en los tratamientos de los pacientes. “La devaluación constante hace imposible cubrir los aumentos de los costos fijos como los alquileres, servicios o sueldos de los secretarios. A esto se le debe sumar distintas dificultades que tenemos para las importaciones, el 95% de los insumos pagamos al contado, un valor del dólar blue, y los cobros por nuestros servicios lo recibimos entre 30 y 90 días”, ilustró sobre las pérdidas.

En la actualidad, una simple consulta, para pacientes con obra social o prepaga, tiene un costo promedio de entre $2.500 y $3.000; mientras que en Córdoba pueden llegar a $6.000. Desde la CAMEOF sostienen que durante el último Gobierno nacional, el desfasaje por el cobro de sus servicios llegó a un 830%. “Bajo este análisis, las consultas debería tener un valor de $25.000, pero si queremos que se componga de forma inmediata es inviable para las prepagas y los pacientes. En la actualidad, las mismas instituciones están subsidiando las prestaciones. Los médicos están pagano para operar y atender a sus pacientes”, sostuvo Ibarguren.

 

Además solo en enero, los insumos médicos, según la CAMEOF, subieron un 40%, el doble de la inflación medida por el Instituto de Estadísticas y Censos. “El mes pasado las prepagas también aplicaron incrementos de un 40%, una recomposición necesaria, pero a nosotros nos pagan el 36%, montos que los cobramos hasta tres meses después, lo que significa que nuestra recomposición llega al 18% al ritmo de la inflación”, declaró.

Primeros diálogos con Nación

 

El eje de la solución, para la CAMEOF, pasa por replantear las prestaciones, prácticas y medicamentos que incluyen el Plan Médico Obligatorio (PMO). “Hoy por hoy, los estudios son deficitarios y solo se pueden recuperar con intervenciones por fuera de las coberturas”, recalcó el referente del organismo. Así el primer paso para ello, es que el Estado genere espacios para el diálogo entre gerenciadores (obras sociales y prepagas) y prestadores para el sinceramiento del PMO.

 

“Recientemente mantuvimos reuniones con el ministro de Salud de la Nación, Mario Russo, y sus asesores a los cuales le hicimos llegar una lista con diez propuestas para recomponer el sistema”, reveló. A la vez, la CAMEOF se comprometió a elaborar una base de datos que sirva para orientar al Gobierno. “El Estado no puede ignorar la problemática del sector. Por este camino se están fundiendo las instituciones y se benefician intermediarios que venden beneficios que generalmente no pueden pagar”, lamentó.

 

 

El primer impacto

 

Una de las primeras causas de esta crisis de rentabilidad es que se consiguen insumos de baja calidad, situación que acarrea consecuencias sanitarias, humanas y económicas. “Después hay que reintervenir. Por ejemplo, con lentes intraoculares de menor calidad con el tiempo se debe hacer otra práctica. Si contás con menos calidad, los tratamientos son menos exitosos”, sentenció.

 

A largo plazo, y de no corregirse estas asimetrías, la crisis impactará sobre los prestadores. “En el sur de la Provincia de Buenos Aires ya están cerrando consultorios, una panorama que podría extenderse a todo el país”, alertó al final el especialista en servicios de salud.

 

Más formas de financiación

Una de las propuestas de la CAMEOF consiste en implementar un bono complementario a cargo del paciente por cada prestación. “Este mecanismo existe en muchas naciones. El sistema uruguayo es un ejemplo a seguir. Esta suma adicional que debe pagar el paciente actúa como un alivio financiero “, aseguran en un decálogo presentado al Estado. También buscan crear líneas de financiamiento para prestaciones fuera del PMO. Sostienen que hay prácticas de requerimientos individuales que pueden ser soportadas por el paciente con una financiación acorde.

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