El 26 de noviembre de 2019, pocos días antes de finalizar el ciclo lectivo, desde la escuela llamaron a la mamá de la alumna para pedirle que fuera a buscar a su hija.
“Cuando voy me encuentro con que tenía un corte en el glúteo derecho. Aparentemente se había producido cuando fue a entregar una prueba y volvió a sentarse. En ese momento se clavó algo, que no sabíamos qué era. La directora me dice que no saben con qué se lo había hecho, y que fueron a revisar al salón para ver si encontraban algo pero no hallaron nada”, explicó Ana, la madre de Valentina, a NotiSanPedro.info.
Inmediatamente, Valentina fue revisada en la guardia del Hospital Subzonal “Dr. Emilio Ruffa”, de la ciudad de San Pedro(Buenos Aires). Le hicieron una radiografía. “Querían ver si había algo, pero no encontraron nada. Antes me explicaron que si era madera o plástico no se iba a ver”, contó Ana a los colegas del portal local.
Los médicos practicaron las curaciones de rigor en la herida, de aproximadamente 1 cm, pero a los pocos días comenzó a infectarse.
“La pediatra me dio antibióticos y ordenó una ecografía. En el estudio salía una mancha que confundieron con un absceso, así que solo le hicieron un drenaje para que expulsara lo que tenía. Eso fue el 6 de febrero”, más de dos meses después del episodio, precisó la madre.
Sin embargo, la práctica no fue suficiente, y Valentina continuaba con dolores insoportables que en ocasiones le impedían desarrollar su vida normal.
El misterio se resolvió la semana pasada.
“El lunes la vuelvo a llevar para otra ecografía y ahí ven que hay algo que no debería estar. Pido turno con un cirujano y me dice que la van a operar para sacar lo que está adentro de la herida. Sin embargo, no llegamos, porque el miércoles a la noche, cuando voy a cambiar la venda, veo que se asoma la punta de algo. Al sacarlo, me encuentro con la mitad de un lápiz”.
Valentina se recupera favorablemente, pero la familia pretende que el caso se difunda para tomar conciencia sobre lo sucedido. La principal hipótesis es que alguien dejó, accidentalmente o con la intención de generar una broma, el lápiz en el asiento de la menor que pasó el peor verano de su vida.