La pequeña localidad de Kirovgrad se encuentra conmocionada por el hecho en el cual una mujer de 35 vaños mató a su hija a martillazos tras una sobredosis de antidepresivos, mientras el padre de la pequeña estaba en el trabajo.

Cuando el hombre regresó a casa para almorzar, encontró a su hija de 3 años (llamada Lisa) en medio de un charco de sangre. Llamó a los servicios de emergencia, que solo pudieron certificar el fallecimiento de la pequeña debido a múltiples contusiones en la cabeza realizadas con un martillo.

Intento de suicidio fallido
En tanto, la agresora Natalia Petunina intentó quitarse la vida tras asesinar a su hija, pero no lo logró y fue trasladada al hospital por los servicios de emergencia llamados por el marido, donde todavía permanece en estado grave.

Según el diario The Sun, el vocero de la policía, Valeriy Gorelykh, dijo que “al parecer, después de darse cuenta de lo que había hecho, la madre trató de quitarse la vida. No logró su plan porque su esposo llegó a casa para almorzar y llamó a una ambulancia”.

El Comité de Investigación de la Región de Sverdlovsk indicó que antes de atacar a su hija, Natalia había ingerido una dosis de antidepresivos muy superior a la habitual, y ello podría haber motivado el comportamiento agresivo y alterado su estado mental.

Los familiares de Petunina confirmaron que sufría de depresión y ataques de pánico y tomaba antidepresivos desde hace varios años. Su madre, Valentina, dijo que Natalia “padecía temores constantes”.

“Cuando veía una ambulancia o un patrullero en la calle, entraba en pánico al pensar que la perseguían”, djio. “Ella arruinó su vida por completo”, sostuvo acerca de su hija.

Allegados describieron a Petutina como una “buena madre”, atenta a su hija y recalcaron que nunca tomaba alcohol. “Quería mucho a su hija, la cuidaba muy bien. La niña siempre estaba limpia y bien vestida”, afirmó una de sus amigas.

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