El estudio fue realizado por estudiantes de la Facultad de Medicina para demostrar el impacto del período de aislamiento social a niveles psíquicos y físicos.
Una investigación realizada por correntinos alerta sobre las consecuencias del aislamiento social en la salud mental y la manifestación de diferentes grados de depresión. Más del 60% de los encuestados en Corrientes manifestaron algún grado de trastornos en la alimentación, pérdida de interés por sus actividades cotidianas y fatiga.
El estudio fue realizado por los estudiantes de Medicina de la Unne, Lucas Gamarra y Damián Roggensack, en el marco de la edición 2020 del Congreso Científico Argentino de Estudiantes de Medicina (Cocaem).
Los jóvenes investigadores explicaron a El Litoral que buscaron rasgos depresivos en las personas de Corrientes que estaban pasando por el aislamiento social preventivo y obligatorio.
“Lo evaluamos con un cuestionario de Beck, mediante una adaptación argentina, para medir las alteraciones psíquicas alrededor del fenómeno del aislamiento. La muestra es representativa estadísticamente, 384 personas fueron encuestadas”. El relevamiento se realizó entre los meses de junio y julio de este año.
“Como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es el completo bienestar bio-psico-social. Los distintos grados de depresión se manifestaron con la disminución de las actividades sociales”, explicó Gamarra.
Roggensack añadió que “mediante el cuestionario pudimos medir cómo el aislamiento social preventivo y obligatorio afectó la salud mediante valores bastante altos en la depresión leve y moderada”.
El aumento de síntomas de depresión viene por las alteraciones en la vida diaria, como ser en la actividad física, en los estudios o el trabajo y en las relaciones afectivas.
Además explicaron que la depresión como patología incide en enfermedades autoinmunes, padecimientos cardiovasculares, obesidad, infartos agudos, entre otros.
“Hay factores que previenen la depresión, como la actividad física. Hay estudios científicos que demuestran que la actividad física estimula zonas cerebrales”, explicó Roggensack.
“Se demostró que el dolor psíquico está asociado directamente al dolor físico, por compartir sectores anatómicos similares. La salud mental requiere la misma atención y control que la salud física”, precisaron los futuros médicos.
“Al ser una patología requiere un tratamiento y un acompañamiento”, insistió Gamarra.
“Los distintos grados de depresión se manifestaron con la disminución de las actividades sociales”, explicó Gamarra.
Los resultados
El 44% de los correntinos encuestados sintió más apetito durante el aislamiento, y el 14% menos. Por lo que el 58% sufrió algún grado de trastorno en la alimentación.
“Es importante atender a la cadena de consecuencias, porque la depresión puede conllevar a problemáticas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión si no se trata para mejorar la patología de los pacientes”, manifestaron.
A su vez, el 66% tuvo problemas de concentración durante sus actividades y el 66% fatiga y cansancio físico y mental durante el período de aislamiento.
Los trastornos en los ritmos de descanso también presentaron números alarmantes. El 52% durmió más y el 25% durmió menos. Por lo que el estudio indica que el aislamiento afectó el patrón de sueño del 77% de las personas.
Por otra parte, el 65% manifestó tener menos energía y el 42% sufrió mayor tensión y ansiedad ante la situación de encierro.
“El dolor psíquico está directamente asociado al dolor físico, por compartir sectores anatómicos similares”.
El 60% de los encuestados precisó haber atravesado una pérdida de interés por sus ocupaciones, siendo el desgano el rasgo más importante dentro de la depresión.
El 21% se sentía mucho más triste. El pesimismo, la sensación de que no hay futuro e incertidumbre fue percibida por el 40%, que se encontraba más desalentado sobre el futuro de lo que estaba antes de la pandemia.
Otro dato que destacaron es que el 19% de los encuestados tuvo pensamientos suicidas. “Es un índice alarmante y conocerlo permitiría tomar acciones para acompañar”, manifestaron.
En este sentido, recordaron que la línea 135 corresponde al Centro de Asistencia al Suicida. La misma es gratuita y pueden comunicarse quienes necesiten acompañamiento.
Los investigadores hicieron hincapié en que hay mucha estigmatización alrededor de la depresión, que es importante combatir para que quienes lo requieran puedan solicitar asistencia.
Fuente: Diario Litoral