Durante un confinamiento como el actual existe una mayor amenaza para la seguridad y el bienestar de las infancias y de poblaciones vulnerables. En cuestión de meses el Covid-19 cambió por completo la vida de las familias y medidas como el cierre de escuelas o el aislamiento están interrumpiendo los sistemas de apoyo y las costumbres habituales de los niños.
Además se añaden nuevos factores de estrés para sus cuidadores que o perdieron su fuente de ingresos o deben renunciar al trabajo.
Medidas para familias
Los niños son más vulnerables a la violencia y a los trastornos psicosociales. Y para reforzar su protección Unicef sostiene una campaña permanente para familias que se llama Crianza sin Violencia, que contiene una Guía práctica para evitar gritos, chirlos y estereotipos.
En la Argentina, casi la mitad de la población adulta cuidadora admite que usa violencia física para criar o disciplinar a sus hijos, aunque la mayoría reconoce que no está bien utilizarla. Considerar que la violencia es un elemento natural en la crianza impide construir entornos protectores y libres de maltrato para niñas, niños y adolescentes.
“Ninguna forma de violencia es justificable. Es necesario desnaturalizar la idea de que los golpes puedan ser una forma de enseñar algo, o de que sean un derecho de las familias”, se plantea desde el inicio.
Al mismo tiempo, las medidas de control que no tienen en cuenta las vulnerabilidades y las necesidades de género específicas de mujeres y niñas pueden aumentar el peligro de que sufran explotación sexual o abusos. Algunas pruebas incidentales recientes apuntan a que hubo un aumento significativo de los casos de violencia doméstica contra ellas.
Ante distintos efectos directos, Naciones Unidas y organismos aliados de la Alianza para la Protección de la Infancia en la Acción Humanitaria publicó un conjunto de directrices para ayudar a autoridades y organizaciones que participan en la respuesta.
Se recomienda a las autoridades de protección adoptar medidas concretas para garantizar que la protección de los niños forme una parte fundamental en la prevención y control del Covid-19.
Para autoridades
Mientras que para las autoridades se elaboró un conjunto de directrices técnicas en busca de ayudar a reforzar las medidas de protección de los niños durante la pandemia.
Las medidas son:
– Formar al personal de salud y educación sobre riesgos y prevención de abusos y explotación sexual y sobre cómo denunciar de forma segura.
– Formar a equipos de respuesta inicial para casos de violencia de género y colaborar con servicios de atención a la salud para ayudar a víctimas.
– Dar más información sobre servicios de remisión y otros servicios de ayuda disponibles para niños.
– Propiciar la reflexión en adolescentes acerca de cómo el Covid-19 les afecta.
– Proporcionar ayuda específica a centros de atención provisional y a familias de acogida, para prestar asistencia emocional a niños y enseñar cuidados adecuados para sí mismos.
– Ofrecer ayuda financiera y material a familias cuyas oportunidades para generar ingresos se hayan visto afectadas.
– Establecer medidas concretas para evitar que los niños se separen de sus familias y garantizar ayudas para los que se queden solos y desprovistos de la atención adecuada debido a la hospitalización o el fallecimiento de un familiar o cuidador.
– Asegurarse de que la protección de todos los niños ocupa un lugar primordial en las medidas de control de la enfermedad.
Fuente: Diario Norte