Las personas que participaron de la reunión se encuentran bajo seguimiento médico. El paciente está aislado en su casa de San Pablo, donde permanecerá por 14 días.
El primer latinoamericano con coronavirus, un brasileño de 61 años que llegó desde Italia con escala en París, realizó el domingo pasado una fiesta de bienvenida para 30 personas de su familia y amigos en la ciudad de San Pablo. Así lo informó el ministro de Salud brasileño, Luiz Mandetta, quien dijo que las personas que participaron de la reunión -entre ellos la esposa del paciente, un bebé y un niño de ocho años-, están bajo seguimiento médico por temor a que se hayan contagiado el virus COVID-19.
El ciudadano brasileño está aislado en su casa de San Pablo y permanecerá allí por 14 días. Se trata del primer caso de la enfermedad que se desarrollará en un ambiente tropical en el Hemisferio Sur y por eso el ministro consideró que se debe esperar para ver si existen diferencias respecto a su progreso en el invierno del Hemisferio Norte.
“El paciente llegó asintomático a Brasil”, dijo Mandetta en una conferencia de prensa brindada hoy junto a los principales especialistas del Ministerio de Salud, en Brasilia. El hombre, cuya identidad permanece en reserva, vive en la zona sur de San Pablo y llegó el viernes al aeropuerto internacional de Guarulhos en un avión de una aerolínea francesa. El funcionario rechazó hacer una investigación y poner en cuarentena a todos los pasajeros del avión en el que viajaba el paciente contagiado.
Después de la fiesta familiar de bienvenida, según el ministro, el hombre se sintió mal y acudió al Hospital Israelita Albert Einstein, donde fue atendido. El centro de salud es uno de los más reconocidos de San Pablo. Allí se atendieron figuras como Pelé y expresidentes como Itamar Franco y Janio Quadros, y en 2018 al actual mandatario Jair Bolsonaro, para recuperarse del atentado a cuchillazos sufrido en la campaña.
La ciudad de San Pablo está en pleno desarrollo del carnaval. Sin embargo, el ministro aclaró que esta situación de aglomeración local no es el problema actual de Brasil y apuntó a las personas que salen y entran del país. El viceministro de Salud brasileño, Joao Gabbardo dos Reis, afirmó que estudios apuntaron que el promedio de transmisión de la enfermedad es de dos a tres personas de las que tuvieron contacto cercano y regular con el afectado.