La provincia de Formosa, hasta ahora una de las dos que no registra casos de coronavirus , “blindó” sus fronteras con Chaco, pero tiene un verdadero colador en los pasos clandestinos de la localidad de Clorinda. El cruce ilegal de paraguayos a la Argentina se vio intensificado por el calendario de cobro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), al que muchos llaman “los 10 mil”, por el monto de esa asignación.

También hay paraguayos que han cruzado desde el inicio de la cuarentena para cobrar otras asignaciones de la Anses, como jubilaciones o la AUH. Cabe aclarar que muchos de esos habitantes del vecino país, tienen doble nacionalidad y son beneficiarios de esas prestaciones de la seguridad social argentina. Otros cruzan buscando reactivar el contrabando “hormiga” para subsistir.

La Gendarmería Nacional detuvo anteayer a dos paraguayos que habían cruzado por uno de esos pasos clandestinos. Inmediatamente los llevó al paso internacional San Ignacio de Loyola y los expulsó del país.

Los pasos son simplemente precarias pasarelas construidas con tablones, pallets de madera y otros elementos, que atraviesan el finísimo hilo de agua en que se convirtió el río Pilcomayo, que divide a Clorinda de la localidad paraguaya de Nanawa. Ese río siempre corrió con poca agua en esta localidad y a eso se suma la bajante histórica que atraviesa.

Los pasos se encuentran en la misma localidad de Clorinda, pero alejados del paso legal, que es la pasarela de La Fraternidad o el puente San Ignacio de Loyola.

“Tenemos un frente de 27 kilómetros de frontera,, con varias ciudades de Paraguay: Nanawa, Falcón, Asunción, Lambaré. Es difícil, pero la tarea de la policía, que mandó dos escuadrones de infantería, ayudó mucho”, dijo a LA NACION Manuel Celauro, intendente de Clorinda. Celauro comentó que “vivimos del comercio y la cuarentena nos está matando, pero entendemos que la salud es la prioridad ahora”.

En las últimas semanas hubo varias detenciones de este tipo, incluso con paraguayos que fueron a cobrar la jubilación. El cruce no es masivo, sino más bien un “goteo” que pone en riesgo el estatus de Formosa como provincia libre de Covid-19. La presencia de las fuerzas de seguridad sirve para disuadir a muchos, pero no a todos.

Paraguay tiene 737 casos de Coronavirus y 10 muertes, según las cifras oficiales al día de ayer. El Gobierno de Gildo Insfrán -hasta ahora con cero contagios detectados- está interesado como nunca antes en frenar esos cruces ilegales.

Desde que arrancó la cuarentena, la Gendarmería Nacional y la policía de la provincia de Formosa destruyen continuamente esas pasarelas. Pero al poco tiempo la gente vuelve a montarlas para intentar cruzar nuevamente. Por eso, las fuerzas de seguridad utilizan motosierras y tratan de inutilizar los tablones.

“Hay paraguayos que cobran legalmente y otros que les dieron la asignación de forma irregular. En el caso del IFE, en Paraguay también dieron una asignación de emergencia y si pudiéramos cruzar los padrones, podríamos establecer quién cobra de manera irregular”, explicó a LA NACION Martín Hernández, titular de la UCR Formosa.

Hernández impulsa una causa desde el 2011 para denunciar el otorgamiento irregular de muchas asignaciones de la Anses durante el segundo mandato presidencial de Cristina Kirchner.

Pasos “blindados” con Chaco y Salta
Para el gobierno formoseño fue relativamente fácil “blindar” los accesos a la provincia desde Chaco y Salta. El principal vínculo de Formosa con el resto de la Argentina es el paso por la ruta nacional 11, donde hay efectivos y barreras para impedir cualquier acceso que no esté contemplado por el protocolo. Quien viene de afuera debe hacer cuarentena obligatoria a la Escuela de Cadetes de Policía.

Sin embargo, el cruce ilegal de paraguayos es más difícil de detener. Las localidades fronterizas del vecino país viven del contrabando “hormiga” y el parate económico en ambas márgenes del río obligó a muchas personas a arreglarse como pueden.

A medida que van pasando los días, la necesidad de salir se acrecienta y eso también genera más atrevimiento a la hora de los cruces, en ambos sentidos.

El lunes, la policía provincial detectó y detuvo a dos camiones argentinos que pretendían descargar mercadería para que los paseros paraguayos la llevaran a la otra orilla. Los dos vehículos tenían 30 toneladas de metal reciclado. Los canoeros paraguayos y estibadores de los dos países salieron corriendo cuando llegó la policía.

La policía de Formosa envió el martes dos grupos anti-disturbios para reforzar el control en los pasos alejados del centro, donde se producen los cruces ilegales, y estableció patrullas permanentes por esas zonas, en un trabajo coordinado con la Gendarmería Nacional.

Fuente: Diario La Nación

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