En diferentes ciudades entrerrianas se encuentra en los mismos niveles desde hace unos días, sin embargo preocupa la situación de bajante.
En Diamante, la altura se mantiene estable con 5 centímetros, pero sigue lejos de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y de los 2,91 metros promedio para esta época del año.
En ese sentido, el INA espera que el río llegue a un promedio de -0,72 centímetros de altura en agosto, y de -1,01 metros en septiembre.
En La Paz, el río Paraná bajó esta semana y alcanzó los 32 centímetros, muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,08 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.
Allí, el INA espera que la altura continúe disminuyendo hasta los 17 centímetros, y acentuará “la condición de aguas bajas” pudiendo llegar a los -10 centímetros.
En tanto, en Victoria se mantiene con 1,1 metro de altura, lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas y de los 3,81 metros de promedio histórico para julio, y 1,03 metros menor al promedio de julio 2020.
Para ese puerto, se espera un promedio en el mes de julio de 0,95 metros, 2,86 por debajo del nivel mensual promedio desde 1996 y 1,14 metros inferior al promedio de julio 2020.
La bajante actual ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.
Ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso”, registrando “el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años”.
“Es un nivel nunca alcanzado, en Paraná no tenemos memoria de algo similar, y más allá de los perjuicios económicos, es un dolor desde lo ambiental que va a demorar años en recuperarse”, dijo a Télam el historiador, poeta y cantautor Roberto Romani.
Romani, autor de unos 25 libros, convocó “al Estado, la docencia, los medios y las familias a procurar transmitir lo que significa vivir en torno al río y su importancia” una vez que se supere esta bajante histórica.
“Tenemos que cuidarlo mucho, depende de nosotros no agredirlo, mantenerlo limpio y no perjudicarlo de tal manera que cuando ocurren fenómenos como estos, no genere la sensación de que ese cauce puede silenciarse para siempre”, agregó.