Después de consultarle a su suegro qué hacer, utilizó su cocina con la puerta abierta como si fuera una incubadora y salvó al animal. El increíble episodio sucedió en la ciudad de Winchester, en Inglaterra.

Un profesor de inglés, de 26 años, halló un huevo tirado en el piso cerca de su vivienda ubicada en la ciudad de Winchester, condado de Hampshire, Inglaterra. Al principio creyó que se había caído de un árbol, pero luego de buscar por la zona, no terminó encontrando el nido.

Will Hall decidió llevarlo a su casa, sin saber que su acción terminaría convirtiéndose en una historia que recorrió el mundo entero. Al llegar a su hogar, se lo mostró a su pareja, Alice Kendall, de 22 años, a quien se le ocurrió consultarle qué hacer con el animal a su papá, un ex avicultor.

“Él nos dijo que lo mantengamos caliente a 32 grados centígrados”, le contó el joven a un medio británico. Para eso, trataron de hacer la recreación de una “incubadora” y utilizaron su horno.

Posteriormente, cubrieron al huevo con un repasador -como simulación de una cuna- y colocaron al huevo en una bandeja dentro del electrodoméstico.

Una vez que quedó en el interior con la puerta abierta, los jóvenes comenzaron a encender y apagar el horno de forma constante para asegurarse de que el huevo estuviera en un ambiente de aproximadamente 30 grados.

Después de dos horas, con mucha cautela para no quemar el huevo, la superficie comenzó a romperse y fue en ese momento que apareció un pato muy pequeño.

“El patito nos sigue por todas partes. Es una cosa tan dulce que Alice está encantada. A ella le encanta abrazarlo”, confesó Will.

El ave fue adoptado jóvenes y ahora forma parte de su familia. Sin embargo, cuando crezca y logre estar fuerte, la pareja aclaró que planea llevarlo a un refugio de animales o a un estanque para que viva en su ecosistema.

Fuente: Crónica

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