Ayer se mencio­nó que el plazo sería la segun­da semana de abril.

Tras conocerse durante la mañana de ayer el pri­mer caso autóctono de co­ronavirus, comenzó a sonar más fuerte, y ahora casi un hecho que el Gobierno na­cional extenderá la cuaren­tena obligatoria en todo el país. Lo que falta definir es el nuevo plazo, si después del 31 de marzo se extende­rá hasta el 6 de abril o bien directamente hasta el 15 de abril. Ayer, el rumor más fuerte era la segunda sema­na de abril, pero eso siempre y cuando se evalúen la can­tidad de infectados confir­mados.

En ese sentido, el Presi­dente lo dijo el domingo, no tiene dudas de que se multiplicarán los conta­gios antes de fin de mes y considera que levantar las medidas que restringen la circulación en los espacios públicos puede agravar el impacto de la pandemia en la Argentina.

La decisión se apoya en la lógica cartesiana que aplica el Presidente para la toma de sus decisiones: si cuando termina la cuarentena -31 de marzo-, se aplanó la curva y dio resultado, por qué or­denar su levantamiento a la espera del pico que está previsto para mediados de abril. Y al revés: si cuando termina la cuarentena, la curva no se aplanó y es el único antídoto conocido, por qué dejar al azar a millo­nes de argentinos frente a la pandemia.

Por ahora el Gobierno atiende todos los frentes que abre el avance del virus. Se preocupa por la canti­dad de camas disponibles, los respiradores que harán falta, la ayuda económica y social para los sectores más vulnerables y el control de las fallas de la cuarentena ante la negligencia de miles de argentinos que se toma­ron la medida excepcional como un bonus track de las vacaciones que ya tuvieron en el verano.

Hace unos días, Ginés González García envió al jefe de Estado un informe reservado que alertaba so­bre cuatro escenarios po­sibles de pandemia en la Argentina. En ese dossier, el ministro de Salud escribió: “Evaluados los cuatro es­cenarios y en función de la oportunidad de las medidas adoptadas por la Argentina hasta el momento, y si se adoptan nuevas medidas es­calonadas, se podría esperar el logro de un aplanamiento de la curva que permitiría llegar a principios del mes de junio con un total aproxi­mado de 250.000 casos”.

Y agregó González García sin eufemismos: “En caso de que las medidas se adop­taran tardíamente, esto es, luego de que se verificara el crecimiento exponencial de la tasa de crecimiento, o que no se lograra un nivel alto de acatamiento (de la cuarentena), el riesgo se ele­varía, de manera tal de pro­ducir un colapso del sistema de atención, con un número esperado de casos que supe­raría los 2,2 millones para el mes de junio.

Alberto Fernández tiene razones científicas y de sa­lud pública para extender la cuarentena y sólo medita los tiempos políticos para co­municarla. Asume que dole­rá por su ampliación, pero es el costo político que decidió pagar para aplanar la curva, o mejor dicho, evitar que la pandemia se expanda.

Fuente: Diario Norte

Deja un comentario