Todos sabemos quiénes son: pueden comer todo lo que quieran, pasar cero tiempo en el gimnasio y no engordar.
Ahora, según una nueva investigación preliminar publicada el jueves en la revista Cell, científicos podrían haber descubierto el gen que ayuda a estas personas superflacas a mantenerse tan delgadas, lo que podría abrir una nueva frontera en los tratamientos para combatir la obesidad.
Un equipo internacional de científicos dijo que han identificado una variante genética única para individuos delgados en lo que se conoce como el gen ALK. El gen ALK produce una proteína llamada linfoma quinasa anaplásica, que participa en el crecimiento celular.
Identificaron la variante después de observar muestras de ADN y datos clínicos de más de 47.000 personas sanas en Estonia entre las edades de 20 y 44 años.
“El biobanco de Estonia es muy único en sus detalles”, dijo el autor principal Josef Penninger, profesor en el departamento de genética médica y el director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad de Columbia Británica.
“Observamos los mapas genéticos de personas con un IMC [índice de masa corporal] por debajo de 18 y los comparamos con los de personas de peso normal y encontramos la [variante genética] que se correlacionaba con estar superdelgado”, dijo Penninger.
Luego, el equipo examinó cómo funciona el gen ALK en ratones y moscas.
Stephen O’Rahilly, profesor y jefe del departamento de bioquímica clínica y director de la unidad de enfermedades metabólicas de la Universidad de Cambridge, dijo que la investigación “no fue definitiva” pero “muy interesante”.
O’Rahilly, quien no participó en el estudio, agregó que “ciertamente aumenta el interés en la inhibición de ALK7 como estrategia terapéutica para el tratamiento de la obesidad”.
Moscas y ratones más delgados
Los científicos ya saben que una forma mutada del gen ALK y la proteína puede impulsar el desarrollo de tumores cancerosos, según el estudio. Se han encontrado formas mutadas del gen y la proteína en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, el linfoma anaplásico de células grandes y el neuroblastoma, un cáncer cerebral.
Este nuevo hallazgo sugiere que una mutación diferente del gen puede desempeñar un papel en la delgadez y la resistencia al aumento de peso. Para probar esto, los científicos realizaron experimentos con moscas y ratones y descubrieron que la eliminación de este gen daba como resultado versiones más delgadas de esas moscas y ratones.
“Les dimos a los ratones (lo que equivalía a) una dieta McDonald’s. Los ratones normales se volvieron obesos y los que no tenían ALK se mantuvieron delgados”, dijo Penninger.
Los estudios en ratones del equipo también sugirieron que el gen ALK instruye a los tejidos grasos para quemar más grasa de los alimentos.
O’Rahilly describió los estudios en animales como “bien hechos”, pero señaló que la variación genética asociada con el índice de masa corporal inferior en el biobanco de Estonia fue “modesta” y no tan sólida como muchos expertos en el campo aceptarían como “definitiva”.
Sin embargo, dijo que estudios previos en poblaciones mucho más grandes han mostrado una señal sugerente, pero no fuerte, de una asociación con el peso corporal en esa área del genoma, y era poco probable que la variación fuera exclusiva de los estonios.
Penninger dijo que los tratamientos dirigidos al gen podrían ayudar a los científicos a combatir la obesidad en el futuro.
“Si lo piensas bien, es realista que podamos apagar el ALK y reducir la función de ALK para ver si nos mantenemos delgados”, dijo Penninger.
“Los inhibidores de ALK ya se usan en tratamientos contra el cáncer. Se puede apuntar hacia allí. Posiblemente podríamos inhibir ALK, y de hecho trataremos de hacerlo en el futuro”.
Fuente: CNN