Las gallinas desaparecían desde adentro mismo del corral. Una víbora se las comía de noche. Vean cómo la descubre.

Una familia notó que sus gallinas desaparecían y no encontraban un lugar por donde podían escapar, hasta que una mujer se dio cuenta que en el techo del gallinero se encontraba una Serpiente Boa Curiyú. Rápidamente llamaron a Pipi Peña encargado del serpentario de Goya, quien afirmó que la serpiente no es venenosa. Vea el momento en que sacan a la boa del gallinero.

Fuente: TNGoya

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