En los últimos días, un atado de 20 cigarrillos que costaba 160 pesos pasó a valer entre 300 y hasta $500. Para tranquilidad de los consumidores, Massalin comienza hoy con la distribución en Capital Federal y el conurbano bonaerense. Luego, el resto del país.
Los fumadores compulsivos viven momentos difíciles por estos días. La falta de distribución provocó que los cigarrillos coticen en los comercios correntinos a precios exorbitantes. En algunos casos, por encima del 100% del valor que se pagaba hace dos semanas.
“Las leyes del marcado se rigen por la oferta y la demanda”, dijo un kiosquero del centro que prefirió preservar su identidad. En ese local, un paquete de diez cigarrillos de una reconocida marca ayer costaba 500 pesos. Pero lo llamativo es que por cada paquete comprado, en este y en otros kioscos de la zona céntrica de la capital exigen una compra adicional.
“No se consiguen cigarrillos. Lamentablemente en los pocos lugares que venden, los precios son abultados y además los comerciantes te piden que por cada paquete compres algo más. A mí me exigieron una compra extra de 100 pesos y llevé galletitas y caramelos”, dijo a época Mauro, un joven que se acercó a uno de los negocios que aún cuenta con cigarrillos en sus exhibidores. Las redes sociales también sirven para atrapar a los consumidores compulsivos. En algunos casos ofrecen marcas, precios y dejan un número de celular para coordinar la venta. Pero los más desesperados fueron a lo más primitivo. Optaron por la compra de tabaco, filtros y papel. La bolsa de 30 gramos cuesta 250 pesos, el papel 50 pesos y es de 50 unidades, la bolsa de filtros de 100 unidades $120.
“Por una cuestión de costo tuve que recurrir al tabaco que en algún momento fumaba mi abuelo. Ahora viene todo por separado pero tuve que optar por esto por la faltante de cigarrillos y lo costoso del producto”, señaló Manuel, un joven remisero que compró esos elementos por separado en un kiosco de la calle Tucumán casi Moreno.
Se retoma la distribución
Massalin comienza hoy con la distribución de sus marcas Marlboro, Philips Morris y Chesterfield. A contrarreloj, las plantas de Massalin y de Tabacalera Sarandi producen cigarrillos para abastecer una demanda que llegó a pagar $500 el atado, tras hacer largas filas en kioscos del país. La fábrica Massalin lleva la delantera porque el lunes puso primera y abrió su planta para hacer la puesta a punto antes de recibir todos los permisos y su distribución le permite acelerar los tiempos. El panorama es complicado para la British American Tobacco, ex Nobleza Piccardo, ya que en Pilar resolvieron por ahora no aceptar el protocolo.
Fuente: Diario época