Damian Pomares, médico correntino recuperado de Covid-19, dialogó en exclusiva con La Dos. El doctor de 40 años tuvo que ser internado en el Hospital de Campaña durante 11 días.
“Fue muy fuerte. Sentí que se me venía el mundo abajo. En ese momento me pasaron muchas cosas por la cabeza. Lo primero fueron mis hijos, mi familia, mis colegas”, dijo el médico clínico, jefe del Servicio de Clínica del Hospital Vidal.
El primer hisopado que le hicieron debido a la presencia de fiebre le dio negativo. “Lo que sucede es que me enfermé en un contexto muy raro. Se presentó como una congestión; no perdí el olfato y tampoco el gusto. Pero cuando al tercer día consecutivo no bajaba la fiebre me realizaron una placa y de inmediato me internaron. Era covid-19 de acá a la China”, dijo.
“Depende de nosotros que haya menos cantidad de personas internadas en el Hospital, ojalá podemos tener el menor porcentaje posible de respiradores ocupados “, manifestó.
Los días eran eternos
“Cuando me interné se me pasó por la cabeza que no podía estar con mis hijos. Es una sensación de que uno camina 100 metros y te falta el aire”, recordó.
“A pesar del mal momento uno aprende a ponerse en el lugar del otro y tratar de ser mejor persona. Yo nunca me enfermé de esta forma y nunca requerí una internación de este tipo”, detalló.
En ese sentido, ponderó que “estar o conocer como es ser paciente te deja muchísimas enseñanzas. Tuve la suerte de que me cuiden profesionales con los cuales tengo contacto cotidiano”
“Fueron momentos difíciles los primeros días, porque me faltaba el aire. Lo resto fue como un resfrío o una gripe”, sostuvo.
“No tengo conocimiento concreto de cómo me contagié.Me generó angustia saber todo lo que iba a generar el estar internado. Fue bastante aguda la presentación de los síntomas”, señaló Damian.
“Es muy importante el trabajo de los psicólogos y psiquiatras en el Hospital. Porque la carga emocional es algo nuevo, de una enfermedad que no se sabe mucho”, agradeció.
“Todos los internados por covid-19 reciben la misma atención. Lo que hacen los colegas en ese lugar es maravilloso. No me alcanza la palabra gracias. Me gustaría darles un abrazo, pero no se puede”, finalizó.