De entre la gran cantidad de tonalidades de pelaje que pueden tener los felinos, hay una que genera una que genera polémica: el gato negro. Mientras que algunas culturas lo consideran el símbolo de la mala energía, otras lo celebran como el portador de éxito indiscutido.

A estos pobres animales se les empezó a relacionar con el mal augurio en el siglo XIV, cuando se los culpó injustamente de ser los transmisores de una peste, la cual era realmente contagiada por ratones.

Sin embargo, en algunas culturas previas, como la del antiguo Egipto, los gatos negros poseían carácter de animales sagrados.

En la actualidad, hay discusión entre tradiciones sobre la simbología de los felinos del color de la noche.

A continuación, algunas de las superticiones más populares sobre los gatos negros:

Mala suerte:
Una de las supersticiones dice que, si un gato negro pasa frente a una persona, en especial si es de izquierda a derecha, significa el anuncio de un día de mala racha. Esta tradición también indica que, para evitar la maldición, al verlo, el afectado tendría que dar tres hacia atrás.

Pisar la cola de un gato también tendría efectos negativos, específicamente, siete días de mala suerte.

Otra creencia dice que los días de luna llena son especialmente peligrosos, ya que si un gato negro pasa frente a una persona en una noche de estas, podría indicar la aproximación de una epidemia.

Buena suerte:
En Gran Bretaña. la tradición dicta que los gatos negros son seres que llaman el éxito. Por lo tanto, si uno de ellos pasa frente a una pareja que quiere casarse, los novios tendrán una vida de felicidad y fecundidad.

En esta línea, si un felino toca o pasa sobre un juego justo antes de que comience, significa que el animal traerá buena energía a los participantes.

En Kentucky, si un gato negro entra a un hogar, simboliza el buen augurio para toda la familia que vive allí

En la cultura marinera también se suele asociar a estos animales con el éxito y las buenas vibras, por lo que tradicionalmente, algunas tripulaciones llevaban uno en el interior de la nave. Mientras tanto, las epsosas de los viajeros aguardaban en casa con la compañía de otro gato negro, para que sus maridos volvieran sanos y salvos.

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