Meghan Markle anunció este domingo que está embarazada. La prensa internacional estima que su segundo hijo con el príncipe Harry de Inglaterra podría nacer en junio, dos meses antes de que ella cumpla los 40 años.
Lo que vemos en la duquesa de Sussex se replica en nuestro país. De hecho, tenemos un caso bien cercano: Carolina “Pampita” Ardohain espera una hija a los 43 años. Ya sea en famosas o en mujeres “comunes y corrientes”, la maternidad tardía es un hecho.
Según las estadísticas del Ministerio de Salud nacional, el 13% de los bebés nacidos en 2018 tenían madres de 35 a 39 años y en el 4% de los casos iban de los 40 a 44 años. Estas cifras están en aumento: 10 años antes, eran del 10% y el 3%, respectivamente.
En la Ciudad, la edad promedio de las madres es de 31 años, indican los registros del 2019. Ese número también fue subiendo en las últimas décadas: en 2006 el promedio era de 29 años.
En algunas zonas, la tendencia es aún más notoria. Por ejemplo, en la comuna 13 que incluye a los barrios de Belgrano, Colegiales y Nuñez, la mayoría de los bebés que nacieron en 2019 (un total de 1175 niños) tuvieron mamás mayores de 35 años.
“Es cada vez más frecuente ser madre después de los 40”, comenta a Clarín la especialista en tocoginecología y obstetricia Jessica Campos Flores, miembro de la comisión directiva de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA).
“Muchas pacientes postergan su maternidad por diversos motivos, desde tener una pareja estable hasta lograr un desarrollo profesional y estabilidad laboral”, sigue Campos Flores.
Y agrega: “En el consultorio cada vez hay más pacientes en esta situación, con muchas dudas y poca información, que requieren un acompañamiento especial durante su gestación”.
En líneas generales, la medicina camina hacia la prevención primaria. Esto implica, por ejemplo, asesorar a las mujeres en la preconcepción.
Por eso, Campos Flores recomienda, a partir de los 35 años, preservar ovocitos. “Con el transcurrir de la edad la reserva ovárica va disminuyendo y quizás cuando ellas decidan buscar un embarazo no puedan utilizar sus propios óvulos. Es importante que conozcan esta realidad”, comenta.
¿Cuáles son los riesgos?
El Ministerio de Salud nacional informa que la edad de la madre se asocia “fuertemente” con el posible daño del niño, es decir, enfermedad o muerte. “Esto ha sido estudiado en diferentes países y verificado para la Argentina en diferentes investigaciones”, señala el informe de estadísticas vitales.
En ese sentido, las madres son categorizadas en tres niveles. Las menores de 20 años tienen alto riesgo, las de 20 a 34 años tienen bajo riesgo, y para las mayores de 34 años hay un riesgo intermedio.
Según María Fernanda Lage, obstetra del Hospital Italiano de Buenos Aires, en las embarazadas de 40 años o más hay algunos riesgos que tienen que ver con resultados adversos prenatales.
Algunas de estas dificultades pueden ser enfermedades hipertensivas del embarazo, preeclampsia (que es parte del espectro de estas patologías), restricción de crecimiento fetal intrauterino y diabetes gestacional, entre otras.
“Tienen un poco más de riesgo. No significa que sí o sí van a desarrollar todas estas complicaciones. Pero sí son un grupo que hay que prestar un poco más de atención”, remarca Lage, quien es coautora del libro Las preguntas de la embarazada del Instituto Universitario del Hospital Italiano.
También hay más riesgo de anomalías de cromosomas en el embrión, porque a medida que la mujer va aumentando su edad va alterándose la calidad del óvulo. La tasa de estas anomalías es mayor a los 40 que a los 30, y es mayor a los 30 que a los 20.
Además -continúa Lage- es un poco mayor la tasa de pérdida de embarazo espontáneo, en el primer trimestre, en mujeres que están rondando los 40 años.
Los cuidados especiales
“Hoy en día hay forma de hacer detección precoz de todo este tipo de resultados adversos. Una ventaja que eso nos da es, por un lado, tener un diagnostico precoz, ya sea de problemas de cromosomas en el embarazo o de restricción de crecimiento o de diabetes, entre otros”, comenta Lage.
Otra herramienta muy útil que tienen los expertos es la detección precoz de enfermedades hipertensivas. Ya en el primer trimestre pueden hacer un tamizaje y observar el riesgo individual de cada embarazada.
“Existen algunas intervenciones que uno puede utilizar, que son costo-efectivas, que no traen mayor efecto adverso y que brindan beneficio para disminuir el riesgo, por ejemplo, de preeclampsia”, dice Lage.
Por su parte, Campo Flores le da varias indicaciones a sus pacientes. Previo a la gestación, sugiere consumir ácido fólico, para evitar los defectos del cierre del tubo neural. También pide hacer un control ginecológico y nutricional.
Una vez que quedan embarazadas, es importante que las mujeres de esta franja etaria cumplan con los controles prenatales, enfatiza la obstetra.
Sin asustar a las mujeres, Campos Flores les explica que deben tener un adecuado control de la presión, del laboratorio y de los estudios de screening para la detección precoz de patologías.
La edad límite para ser mamá
La edad límite de cada mujer va a ser el inicio de la menopausia. Pero, con el advenimiento de los tratamientos de fertilidad, como la ovodonación, esa fecha se puede extender bastante. Actualmente ronda los 50 años.
Aunque los tratamientos de fertilidad son cada vez más amplios, según Campos Flores, la edad, por sí misma, es un factor de riesgo independiente en el embarazo.
“Es difícil establecer un límite, pero a mayor edad, mayor riesgo. Y los riesgos empiezan después de los 35 años. Después de los 40 hay menores posibilidades de embarazos espontáneos y sin tratamiento previo. A los 50, es la edad promedio de la menopausia”, explica la obstetra.
Según Lage, a medida que va aumentando la edad, crece también otro tipo de riesgos que tiene que ver con comorbilidades propias de esa mujer, no tan relacionadas con el embarazo, pero que sí podrían complicarlo en caso de que se lograra.
Fuente: Clarín