Entre las 20.17 y las 20.31 del 31 de julio de 1995, una extraña luz acompañó a un Boeing 727 de Aerolíneas Argentinas con 102 pasajeros y tres tripulantes cuando iba a aterrizar en Bariloche, mientras se interrumpía el suministro eléctrico en el aeropuerto y esa ciudad rionegrina.

El extraño fenómeno fue reportado por el piloto del Boeing, quien relató que “cuando hice la maniobra de escape, el OVNI ascendió a una velocidad increíble y se quedó suspendido en los 3.000 metros, esperando a que llegáramos”.

“No se movía ni se trasladaba según las leyes físicas conocidas. Al vernos descender, desapareció a toda velocidad”, precisó en su informe, lo que fue corroborado por los pilotos de un avión de Gendarmería Nacional que realizaba un vuelo sanitario.

Estos hechos se conocieron luego de que el Ministerio de Defensa de la Nación desclasificara documentos relacionados al avistaje de un objeto volador no identificado (OVNI) en el país, conocido como “caso Bariloche”.

Así lo informó la Comisión de Estudios del Fenómeno OVNI en la República Argentina (CEFORA), que solicitó estos documentos en base a la Ley 27.275, que faculta a cualquier ciudadano a pedir información de su interés al organismo del Estado que lo desee.

Lo que se desclasificó fue “la copia de la desgrabación de la Torre de Control, las declaraciones el día de los hechos en el aeropuerto de Bariloche de los testigos principales y las actuaciones con los emails correspondientes de investigadores civiles preguntando por el caso”, precisó la organización.

“El evento fue registrado por la Torre de Control donde se encontraba el Jefe del Aeropuerto el Suboficial Daniel García, generando comunicaciones entre controladores aéreos y pilotos, siendo observado además, por múltiples testigos y personal del servicio Meteorológico y de pista”, precisaron desde la CEFORA.

Jorge Polanco, piloto de avión de AA, indicaba entonces a la torre de control de Bariloche: “Tenemos un objeto a la derecha formándonos. Tiene dos luces intermitentes brillantes. No sé… creemos que es un plato volador”.

En un informe posterior al evento, agregaba: “Cuando hice la maniobra de escape, el OVNI ascendió a una velocidad increíble y se quedó suspendido en los 3.000 metros, esperando a que llegáramos. No se movía ni se trasladaba según las leyes físicas conocidas. Al vernos descender, desapareció a toda velocidad”.

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