Aquellos extranjeros que deseen trabajar allí, deberán saber inglés, tener capacidades específicas y una oferta de trabajo.
El gobierno del Reino Unido lanzó su nuevo plan de inmigración, luego del Brexit y su salida de la Unión Europea que limita el ingreso de aquellas personas que quieran trabajar en su territorio.
Los trabajadores extranjeros que quieran entrar al Reino Unido deberán hablar Inglés y tener una oferta laboral de tipo calificado y con una empresa en regla.
El actual sistema de migración del país está regido por “puntos” y los anteriores requisitos suman 50, sin embargo se necesitan 70 puntos para poder entrar. Los puntos restantes se otorgarán por calificaciones, salario y cuán solicitado es el empleo.
El nivel de estudios requerido fue reducido de una licenciatura al equivalente del bachillerato, para permitir “una mayor flexibilidad”.
En este contexto, los empresarios advirtieron que sobre todo impactará en el sector de alimentos, debido a que la mano de obra depende en gran medida de los ciudadanos de la Unión Europea (UE).
En declaraciones a medios británicos, Tom Hadley, director de políticas de la Confederación de Reclutamiento y Empleo, sostuvo que los empleos que el gobierno considera “poco calificados”, son vitales para el bienestar y el crecimiento empresarial.
“El anuncio amenaza con excluir a las personas que necesitamos para proporcionar servicios en los que los consumidores confían”, subrayó.
“Se necesita acceso a trabajadores que puedan ayudar a cuidar a los ancianos, construir viviendas y mantener la economía sólida”, agregó el dirigente al diario The Guardian.
Para Kate Nicholls, directora ejecutiva de UK Hospitality, la Asociación Británica de Hospitalidad, que incorpora la Asociación de Restaurantes, “descartar un camino temporal y poco calificado para la migración en solo 10 meses será desastroso para el sector y el pueblo británico” y disuadiría la inversión en las principales calles comerciales.
En tanto, la directora general de la Confederación de la Industria Británica (CBI), Carolyn Fairbairn, opinó que si bien la eliminación del límite en el número de trabajadores calificados es “bienvenida”, advirtió que en “algunos sectores, las empresas pueden tener problemas para reclutar personal.
Sostuvo que se requerirá una implementación cuidadosa en todas las naciones y regiones del Reino Unido, una lista de ocupaciones de escasez revisada regularmente, con promesas de mayor flexibilidad, será vital para la efectividad del nuevo sistema, sobre todo, el gobierno debe trabajar con los empleadores y los empleados, especialmente las empresas más pequeñas, para garantizar que tengan tiempo de adaptarse a las nuevas políticas y prácticas “.
A su vez, en declaraciones al programa Today de Radio 4, Madeleine Sumption, directora del Observatorio de Migraciones de la Universidad de Oxford, sugirió que la transición al nuevo sistema podría ser difícil para los empleadores que se han vuelto dependientes de los trabajadores de bajos salarios.
“Algunos empleadores podrán adaptarse tal vez introduciendo más técnicas de ahorro de mano de obra, como la maquinaria”, expresó.
Mientras tanto, desde del sector de la oposición, tanto los laboristas como los liberales demócratas condenaron el nuevo sistema de puntos para los trabajadores que implementará el gobierno.
La secretaria del Interior en la Sombra en el gabinete laborista, Diane Abbott , criticó la demanda de inmigrantes para hablar inglés y dijo que la mayoría de las personas que vienen a trabajar hablan el idioma.
“¿Pero realmente vamos a bloquear a los genios de las matemáticas cuyo inglés no es bueno? Es inhumano y dañino”, sentenció.