Una vez en el hospital, le realizaron varios estudios porque la inflamación podía ser una señal de cáncer de mama.

Las cirugías de aumento de mamas forman parte de las operaciones estéticas más comunes. Hannah Packham de Brighton (Inglaterra), quería mejorar el aspecto de su busto después de dos embarazos. Sentía que sus mamas se veían flácidas y caídas por la lactancia y en 2014 se animó a enfrentar esta cirugía.

La mujer de 30 años pasó por el quirófano con éxito y llevó su talle de corpiño, de 80 a 95. Durante años no tuvo ningún tipo de molestia o incomodidad con los implantes, al contrario, se sintió muy a gusto con su cuerpo.

Un día amaneció con mucho dolor en la zona de su pecho izquierdo. Se levantó de la cama y comenzó a palparse frente a un espejo, la mama lucía inflamada y hasta “cinco veces su tamaño normal”. Inmediatamente entró en pánico, agarró su celular y consultó el problema en Google. Su primera impresión ante aquella hinchazón fue pensar que estaba desarrollando cáncer ya que la respuesta de internet era similar con los síntomas que presentaba. “Fue espantoso y sentía mucha vergüenza, de la nada explotó al tamaño de un melón y era muy pesado para lo que yo podía soportar”, expresó Hannah.

A los pocos días, terminó en la sala de emergencias buscando una respuesta. Los doctores la revisaron y atendieron sus inquietudes. Una resonancia magnética reveló que tenía una infección provocada por un implante roto pero le comunicaron que había una lista de espera de al menos seis semanas para poder operarla.

La mujer ya no podía esperar más, pagó la atención en una clínica privada y tuvieron que retirarle ambas siliconas porque le habían cortado el flujo de sangre y ponían en riesgo su vida.

“Los médicos nunca pudieron decirme con exactitud por qué se rompió la silicona y durante ese tiempo solo pude aguantar el dolor y tratar de que mi vida fuera un poco más amena”, aseguró. Mientras esperaba el día de la cirugía, Hannah se vio obligada a cortar la copa izquierda del corpiño para que este no hiciera presión en la zona afectada.

Actualmente ella se encuentra fuera de peligro. Luego de la extracción de los implantes, esperó algunos meses y volvió a ponerse prótesis nuevas para rellenar la piel flácida que había quedado en sus pechos.

Los peligros de las siliconas

“Esta es una típica complicación en una paciente con implantes mamarios, podría tratarse de una contractura capsular (el organismo produce alrededor de los implantes una cápsula o membrana fibrosa) o de un seroma (acumulación de líquido periprotésico que inflama mucho la mama)”, explica a Con Bienestar el doctor Andrés Freschi (M.N. 111.492), especialista en cirugía plástica, estética y reparadora.

Los implantes suelen ser detectados como cuerpos extraños y al ser de silicona, nunca se puede saber con exactitud cómo el organismo va a reaccionar hasta que se colocan. “Por lo general, la mayor cantidad de gente respondió bien, por eso es una cirugía popular”, argumenta el también miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER).

El especialista señala que hace dos o tres años atrás comenzó a “aflojar” el “boom” de los implantes a porque se encontraronsimilitudes entre el aumento de busto y la aparición de linfomas (tumores poco frecuentes).

“Una de las manifestaciones más claras de esta afección es la acumulación de líquidos. En ese caso, rápidamente habrá que hacer una biopsia (examen microscópico de una porción de tejido) para ver de qué se trata”, expresa. “Aunque se trata de decisiones personales y profesionales, yo a esa paciente nunca le hubiese vuelto a colocar siliconas, optaría por hacerle un levantamiento mamario con su propio tejido”.

“Sentía pudor al cambiarme frente a mi pareja, fue horrible. Cada uno decide qué hacer con su cuerpo, solo espero poder advertir a otras mujeres sobre los peligros que implican las cirugías plásticas”, concluye la paciente.

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