Con su grupo trabajan en una investigación del Conicet en la que ya testearon para el virus de la influenza en animales, y que podría ser utilizada para combatir el covid-19. Sin embargo, las autoridades sanitarias hasta el momento no la tuvieron en cuenta.
El doctor Hugo Luján trabaja junto con su equipo de investigación en una plataforma para el desarrollo de una vacuna oral que puede ser utilizada para prevenir coronavirus, pero que el Gobierno argentino no ha tenido en cuenta. “La patente es de todos nosotros”, dijo el científico para dar cuenta del progreso nacional.
Su equipo de investigación asegura que desarrollaron una vacuna oral que fue testeada para el virus de la influenza “con muy buenos resultados para animales de laboratorio”, y que la prueban también en Francia y en Brasil. Este trabajo fue publicado en enero del año pasado en la prestigiosa revista científica Nature Communications.
Hasta el momento sólo la vacuna Sabin es la única que existe en el mercado, que se aplica contra la poliomielitis en niños de 6 meses a 5 años de edad. Y aunque la investigación de Luján ya lleva 20 años, con avances comprobados por la comunidad científica, no fue considerada en Argentina para darle impulso en las pruebas con la población. “No me voy a quedar callado viendo que se mueren 8 mil personas en Argentina por ineficiencias del sistema”, dijo el doctor.
“No está bueno que un ministro de la Nación diga que en Argentina no se pueden desarrollar vacunas, cuando conozco los científicos brillantes alrededor mío que están peleando por encontrar soluciones a estos problemas”, advirtió Luján.
Según este científico, el proyecto de su equipo fue rechazado por el Gobierno argentino, bajo el argumento de que tardarían mucho en desarrollarla y probarla, a pesar de las décadas que llevan en la investigación. “Son decisiones políticas en las que no participamos; somos empleados del Estado que no hemos parado de trabajar todo este tiempo, inclusive sin fondos, utilizando fondos conseguidos en el exterior para mi persona”, agregó el investigador.
Con la llegada de la pandemia decidieron virar sus investigaciones de desarrollo de la vacuna para combatir otras enfermedades, “y lo modificamos de una manera que creemos eficiente hasta el momento, pero que hay que seguir probando para prevenir la infección del virus Sars-CoV-2, el causante del covid-19”, explicó Luján en diálogo con Mantra Fm.
Beneficios
“Ya la probamos con antígenos del virus de la Influenza, el virus Sincicial Respiratorio, la tuberculosis y el Zika, y esos antígenos no se degradan y generan una importante respuesta inmune no sólo en las mucosas, por donde entran al cuerpo la mayoría de los agentes infecciosos, sino también de forma sistémica”, detalló Luján.
El hecho de no necesitar jeringas y agujas (que luego deben ser incineradas para su descarte, provocando contaminación del ambiente), la posibilidad de contaminación cruzada que hay en las inyecciones, y el hecho de que no se necesita personal entrenado para poder administrarlas, son algunas de las ventajas de las vacunas orales.
El doctor calificó a su trabajo como “el santo grial de la inmunología”, al “hecho de poder generar vacunas orales para agentes infecciosos”.
Desarrollo
“El tiempo para que la vacuna oral llegue al mercado no depende de nosotros, porque sólo somos los inventores y los que ejecutamos el proyecto, pero el dueño es el Estado a través del Conicet, y es quien debe encargarse de los pasos posteriores”, explicó Luján, y detalló que eso tampoco sucedió con la vacuna para la influenza que desarrollaron en los últimos años. “Todos creemos que estas vacunas que están hoy siendo testeadas en humanos en fase 3, son las vacunas de primera generación, y no van a ser las más eficaces y las mejores para la población”, agregó el doctor.
En cuanto a los costos, Luján aseguró que las vacunas orales no son más caras que el resto de las que están siendo testeadas. “Además de los otros beneficios, es muy resistente a la digestión y a los cambios de temperatura, por lo que no se requiere una cadena de frío para su transporte y guardado”, aseguró el científico.
“Cuando vino la pandemia, el Ministerio de Ciencia y Técnica llama a la presentación de proyectos Covid para el otorgamiento de subsidios. Vimos que se presentaron 900 pese a que no hay 900 grupos de investigación, entonces decidimos presentarnos. Pero, por primera vez en años, no se utilizó el sistema de evaluación por pares, como se acostumbra a hacer en todo el mundo, sino que se creó una comisión para seleccionar ad hoc los proyectos. Y nosotros no salimos beneficiados”, se lamentó Luján en diálogo con el diario La Prensa.
Patente
“No podemos tomar decisiones sobre algo que no es nuestro, es de toda la Argentina”, señaló el doctor, y agregó: “Las personas que están a cargo de los gobiernos toman decisiones que dependen de otros factores que no son científicos. Son otras las prioridades que están en juego en las cuestiones políticas a muy alto nivel”.
También llamó a evitar las falsas promesas de cura, en la contracara de los últimos anuncios esperanzadores del gobierno por las pruebas de vacunas contra el coronavirus. “Nadie está seguro hoy de que las vacunas que están en fase 3 vayan a funcionar y ser seguras, podemos saberlo de acá a 4 o 5 meses”, dijo Luján.
Fuente: Diario Litoral