Se trata de la tilapia, que no solo es muy consumida en Brasil, sino que también revolucionó la medicina en ese país.

La tilapia es un pez de agua dulce muy consumido en Brasil, pero que revolucionó la medicina en este país en los últimos años debido a su capacidad para cicatrizar pieles quemadas. Desde entonces, extendieron sus beneficios a otras disciplinas, como la odontología, veterinaria o ginecología, en la que es utilizada sobre todo en reconstrucciones vaginales.

El increíble hallazgo de las ventajas de este pescado estuvo a cargo del doctor Marcelo Borges en 2011, cuando observó que la piel del animal era descartada, pero el 1% era aprovechada para confeccionar bolsos, cinturones o zapatos.

Borges pensó entonces que si tenía la resistencia y sensibilidad para transformarse en un accesorio, podía también servir para curar quemaduras. Así fue que tres años después, el doctor con el cirujano Edmar Maciel, presidente del Instituto de Apoyo a las Quemaduras (IAQ), y un equipo de profesionales, pusieron en marcha el proyecto.

Descubrieron que la piel de tilapia tiene una importante cantidad de una proteína llamada colágeno tipo I, lo que evita la pérdida de líquidos, tiene resistencia de tracción y una humedad similar a la piel humana.

Al utilizar las cremas del tratamiento tradicional de Brasil, los vendajes de los pacientes deben ser cambiados con mucho cuidado. Sin embargo, causa mucho dolor, incrementa el trabajo médico y los costos. Pero la tilapia se adhiere a la herida, evita la contaminación externa y no necesita ser removida a diario.

“Como es un producto que suele ir a la basura, al utilizarlo ayudas al medio ambiente. Pero es que además el proceso es mucho más barato que el de la piel humana u otras pieles de animales. Por otro lado, el riesgo de transmisión de enfermedades en animales acuáticos es menor que en los terrestres”, explicó Maciel al sitio RT.

Todas estas propiedades la convirtieron en un método exitosos para sanar quemaduras y le otorgó varios premios a sus investigadores. Más de 500 pacientes fueron curados con este procedimiento, que es implementado ya en los estados brasileños de San Pablo, Pernambuco, Goias, Ceara y Río de Janeiro. En el extrajero, es usado en Ecuador.

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