La nena siria Salwa arrancó una nueva vida lejos de aquello que aprendió a no temer gracias a su padre.
La pequeña siria, de sólo tres años, acaparó publicaciones recientemente tras la distribución de un video en el que aparecía, junto con su progenitor, jugando a reconocer los ataques contra ella y los suyos.
“¿Es un avión o un proyectil de mortero?”, preguntaba Abdullah al oír un rugido del exterior. “Un mortero”, respondía la nena. “Cuando venga nos reiremos”. Y estallaba a reír.
Ahora, Salwa, junto con su padre y su madre, lograron penetrar en suelo turco gracias a una invitación de las autoridades. “Querría dar las gracias al Gobierno turco por todo. Antes y después de la Revolución, Turquía ayudó a los sirios en cada uno de los aspectos. Turquía está haciendo además todo lo posible para los sirios que viven en sus fronteras”, afirmó Abdullah.
Abdullah ve güzel kızı Selva. Yukarıda durumlarını paylaştığım baba kız. Ve yine tekrar eden o kahredici oyun. Anlamak için Arapça bilmenize gerek yok. pic.twitter.com/wUwKAcLzWE
— Mehmet Algan (@alganmehmett) February 16, 2020
Su llegada a suelo seguro permitirá a la familia de Salwa vivir como lo han hecho la mayor parte de los tres millones y medio de ciudadanos sirios que Turquía ha llegado a acoger a lo largo de los casi nueve años de guerra.
Según la ONU, casi un millón de personas, la mitad de ellas niños y mujeres, han huido de sus hogares por los bombardeos indiscriminados de las fuerzas oficialistas y los combates con las debilitadas milicias opositoras. Estas personas han quedado técnicamente acorraladas. Muchas de ellas se niegan a entrar