Unos 80 puesteros trabajan en las carpas que montó el municipio sobre la calle lindera al mercado. El calor genera que las ventas caigan.

Hoy se cumplirán once meses del incendio que destruyó el mercado de ventas ubicado en Ex Vía y Lisandro Segovia de esta capital. Los puesteros con­tinúan en las carpas y la situación los preocupa de­bido a la llegada de las altas temperaturas. Reclaman respuestas concretas.

Ayer NORTE de Corrien­tes, recorrió el lugar para tomar contacto con quienes trabajan todos los días en el lugar. En todos los casos destacaron que la situación es crítica tanto por la falta de un sitio digno donde es­tar, como así también por la fuerte caída de las ventas que se agudiza por la crisis.

El 20 de diciembre pa­sada el fuego destruyó el lugar y hasta el momento, no ha obtenido una res­puesta por parte del Ejecu­tivo. “Nos dieron la carpa, al principio se hablaba que nos querían sacar de la ca­lle, pero nos opusimos, acá nos vamos a quedar”, re­marcó una de las vendedo­res consultadas.

Lo cierto es que en un mes cumplirán un año de haberlo perdido todo, y los vendedores destacan que fue un año difícil, “hemos pasado de todo y pensamos que las respuestas llegarían durante el año pero eso no pasó”, explicó Romina, quien atiende uno de los pequeños espacios.

Dentro de la carpa el ca­lor agobia y los vendedores tratan de pasar las horas de más sol con ventilado­res, agua y tereré. “Estamos como podemos porque para muchos de nosotros esta es nuestro único ingreso, por eso seguimos”.

Escasa demanda

La preocupación crece, ya que los días de calor se intensifican, y éste será el segundo verano que pasen casi a la intemperie. “El año pasado pasamos el verano con los puestos sin la carpa, fue muy duro”, explicaron.

En cuanto a las ventas para las Fiestas, remarca­ron que no se trata solo del espacio poco cómodo, lo que genera pérdidas sino también la crisis también golpea fuerte. “Todos los años, las ventas de fin de año son las más importan­tes, el año pasado fue tre­mendo porque ya teníamos todo comprado cuando fue el incendio, faltaban cinco días para la Navidad, fue devastador, este año nos estamos preparando para ver si podemos lograr algu­nas ventas”, indicaron pero aseguran que al tener poco espacio no es mucho lo que pueden tener.

A la espera de que la Co­muna dé respuestas res­pecto a obras en el lugar o bien a una reubicación, los trabajadores aseguran que no bajarán los brazos y no se moverán del lugar. “Para muchos de nosotros esta es la única forma de dar de comer a nuestras familias, nos vamos a quedar acá”, insistieron.

Lo concreto es que las 80 familias siguen en el lugar a la espera de iniciar un diá­logo para poder mejorar su situación.

Fuente: Diario Norte

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