Jair Bolsonaro defendió el trabajo infantil, que está penado por ley en Brasil, así como la autorización de portación de armas para menores de edad, que fue rechazada por el Congreso, y volvió a desatar la polémica.
“Cuando un chico de nueve o diez años está trabajando siempre hay alguien que dice que eso es trabajo esclavo, yo no sé si es así”, planteó, y siguió: “Pero cuando la gente ve a un menor fumando un cigarrillo de crack nadie dice nada”.
El presidente consideró que sería interesante que haya una revisión de la legislación que no autoriza el trabajo de menores de 14 años, pero aclaró que no será él quien la impulse.
“Trabajar no afecta la vida de nadie, pero quédense tranquilos que no voy a presentar ningún proyecto que despenalice el trabajo infantil porque si lo hiciera sería masacrado”, admitió durante una transmisión en vivo anoche por las redes sociales, según recogió la agencia de noticias Ansa.
Recordó que de niño vendía pescado en una ciudad del interior del estado de San Pablo y que “mi hermano mayor ya trabajaba duro en el campo a los ocho, nueve años”.
“Yo aprendí a conducir vehículos manejando tractores, yo araba. ¿Eso es irresponsabilidad”, para nada”, aseguró.
Luego, Bolsonaro retomó un tema que le es caro desde la campaña electoral de 2018: la autorización para que menores de edad puedan portar armas, que fue motivo de un decreto presidencial publicado meses atrás y fue rechazado por el Congreso.
“Yo empecé a disparar de joven y no había ningún problema en ello, mi padre tenía una escopeta que yo usaba en medio del monte, donde disparaba de lo lindo”, finalizó con naturalidad.