Los días pasan, pero eso no hace que a los vecinos de Villa Ballester se les vaya la bronca que tienen con una personas del barrio que torturó y mató a su perro, por lo que hasta ayer continuaban con sus quejas en las redes sociales, donde siguieron con su reclamo de justicia por lo sucedido y de la necesidad de proteger a las mascotas.
Según trascendió, el sujeto tendría problemas psiquiátricos. La trágica historia comenzó cuando los vecinos escucharon el desconsolado llanto de un perro de raza dogo que provenían de una vivienda de la calle 11 de Septiembre a la altura de Lafayette. Entonces, llamaron primero al 911, pero no tuvieron respuesta.
Poco después, lograron que un patrullero llegara hasta el lugar y el acusado les abrió la puerta. Ni bien pudo, el pobre animal, totalmente deteriorado, salió corriendo. El estado en el que estaba dejó a los vecinos horrorizados. El dueño le había extirpado los testículos, le había hecho un tajo en el estómago, por lo que los órganos quedaron expuestos, le había hundido el cráneo y además tenía el ojo derecho estallado.
Sin perder tiempo, lo llevaron hasta una veterinaria de Saavedra, pero los profesionales no pudieron hacer nada para evitar su muerte, que se produjo pocas horas después. “Cuando los vecinos comenzaron a escuchar los gritos del perro llamaron al 911 y a la comisaría, pero les dijeron que no podían hacer nada”, comentó Fernando Pieroni, defensor de animales, quien agregó: “A la noche, logran que vaya un patrullero después de insistir. Apenas este hombre abrió la puerta el perro salió corriendo”.
Impotencia
Pese al triste destino del animal, el responsable de torturarlo hasta provocarle la muerte no fue detenido, lo que aumentó aún más la ira de los vecinos que hicieron una manifestación frente al domicilio para expresar su repudio. “Este tipo ya es conocido en el barrio porque tiene problemas psiquiátricos, vive solo y su familia no hace nada. Viendo lo que hizo está claro que debería estar internado. Tiene varios problemas, ha amenazado a la gente con cuchillos y le grita a la gente”, agregó Pieroni.
Según indicó, el acusado tiene 26 años y tuvo internaciones en centros de salud mental. Sin embargo, ahora vive en su casa, por lo que los vecinos sienten que es un peligro para el barrio. “Queremos que lo internen, porque él ya estuvo internado y no sabemos por qué salió. Los vecinos están asustados”, concluyó.