Un profesional de la salud, que trabaja en el hospital Barranqueras Eva Perón, del Chaco reveló en su cuenta de Twitter una escalofriante historia laboral la cual hace referencia a un entidad que le habló a él y a su grupo médico, pero antes de recibir los resultados se esfumó sin dejar registro alguno. Según relató, todo ocurrió a las 3.15 de la una noche invernal, y fueron varios los testigos que “hablaron con el paciente fantasma”.

Escalofriante
El médico Julio Picón, quien trabaja en el centro de salud de Villa Prosperidad y en la Guardia de los hospitales Perrando, Eva Perón, decidió el último sábado 31 de octubre, “Noche de Halloween”, revelar una terrorífica historia que le tocó vivir una noche estando de guardia.

Fue así como mediante un hilo de tuits confesó una anécdota laboral indescriptible. El impactante hecho ocurrió en “época invernal, julio aproximadamente” y “en el hospital Eva Perón de Barranqueras” dijo Picón y luego detalló en 6 tuits los pormenores del fenómeno paranormal del que fue testigo junto a su equipo de trabajo.

En su primera publicación, el médico escribió: “El hombre parecía un mendigo y golpeó tímidamente la puerta de la guardia. Lo atendió la enfermera, lo registró y lo hizo pasar al consultorio. El motivo de la consulta era dificultad respiratoria, tos y fiebre. El examen no me dijo mucho y pedí una placa” del tórax.

“La técnica radióloga le pidió que se posicione sobre el chasis y tomó la radiografía. Entró al cuarto oscuro para revelar y sintió frío y miedo. Alguien le respiraba en la nuca. Y la respiración se sentía muy fuerte. Salió rápidamente del cuarto y no encontró al paciente”, continúo y luego agregó: “Era imposible que se escondiera en algún lado. La puerta estaba cerrada con traba interior. El paciente literalmente se evaporó. (ella) Sintió más miedo aún y vino corriendo hasta la guardia. Llamamos al policía por cualquier cosa. Buscamos por todos lados y nada. Quedamos con la duda”.

Tal como figura en la rutina “anotamos en el cuaderno de novedades, hora 3:15″. Temprano en la mañana llega el encargado de seguridad y se entera de lo sucedido. “Vamos a revisar las cámaras”, propone. “Estamos todos atentos mirando las grabaciones. Expectantes. Hasta que llega el horario estimado”.

Y aquí es dónde empieza el misterio: “La enfermera abre la puerta pero no pasa nadie. Yo me veo en el pasillo hablando a la nada y gesticulando en soledad. No se ve en ningún momento a otra persona. Se ve a la técnica que abre la puerta de Rayos y habla, pero no hay nadie. Nos quedamos en silencio. No decimos nada”.

Por último indicó: “No queremos quedar como locos. Todos lo vimos e interactuamos con el paciente fantasma. Las cámaras no lo registraron, sólo nuestros ojos o nuestra imaginación”.

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