Permitió a los más de 1300 millones de católicos obtener el perdón de sus pecados. Revivilo en 7Corrientes.

El Papa rezó el “Urbi et Orbi” por la emergencia del coronavirus a través de Vatican News. Quienes se unan espiritualmente a este momento a través de los medios de comunicación recibirán la indulgencia plenaria según lo establecido en el reciente Decreto de la Penitenciaría Apostólica

Generó una gran expectativa mundial por la cita de oración universal que propuso el Papa personalmente durante el Ángelus del pasado domingo y que reiteró ayer en la audiencia general.

El primer llamamiento a todos los cristianos se hizo realidad el miércoles 25 de marzo, en la invocación al Dios Todopoderoso a través de las palabras del Padre Nuestro simultáneamente con los Jefes de las Iglesias y los líderes de todas las comunidades cristianas. Una oración conmovedora hacia el cielo.

Hoy se dió, la segunda cita tan esperada. A las 18.00 horas (hora central europea) los católicos de todo el mundo fueron invitados a unirse espiritualmente, a través de los medios de comunicación, al Papa, quien presidió un momento de oración desde el atrio de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía, como él mismo anunció: “Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos el Santísimo Sacramento, con el que al final daré la Bendición Urbi et Orbi, a la que se unirá la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria.”

El papa Francisco aseguró hoy que “nadie se salva solo” de la crisis mundial generada por la difusión del coronavirus, durante un histórico rezo que encabezó en soledad en la Plaza San Pedro para pedir el fin de una pandemia con la que, afirmó, “nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados”.

“Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido”, inició el pontífice su mensaje desde el atrio central de la Basílica de San Pedro, de frente a una plaza usualmente colmada por decenas de miles de fieles y hoy vacía por las medidas de seguridad adoptadas por el Vaticano durante la pandemia.

“Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa”, criticó Francisco, seguido por más de un millón de personas por streaming.

Durante el inédito rezo, en una Roma lluviosa, el Papa estuvo flanqueado por los dos símbolos frente a los que había rezado el domingo 15 de marzo en su única salida del Vaticano desde la difusión de la pandemia.

Uno es el crucifijo milagroso expuesto en la iglesia de San Marcelo en Via del Corso, que según la tradición católica salvó a la capital italiana de la peste de 1522. El otro símbolo es la Virgen Salus Populi Romani, emplazada usualmente en la Basílica romana de Santa María la Mayor, a la que el Papa encomienda y luego agradece cada uno de sus viajes fuera de Italia.

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