Un extraño robo en la vi­vienda de la casa de un líder narco encendió la luz de alarma tanto en la Justicia provincial como federal de­bido a que el hecho involu­cra a uno de los principales imputados en la causa del Operativo Sapucay, que in­vestigó el tráfico de grandes cantidades de droga desde Itatí a siete provincias ar­gentinas.

Existen suspicacias res­pecto al motivo por el que cuatro hombres encapu­chados ingresaron a la casa que pertenece a Federico Sebastián Marín -conocido como “Morenita”-, quien el año pasado fue condenado a 12 años de prisión por nar­cotráfico y delitos conexos.

En la denuncia policial por el robo, registrada en la Comisaría itateña, consta que los maleantes se lle­varon dinero, televisores y productos de ferretería de relativo valor.

El hecho fue denuncia­do por Gabriela, una de las hermanas de Marín, a quien éste le había confiado el cuidado del lugar mientras él está privado de la libertad y Lourdes Alegre, su pare­ja, continúa en custodia en otra provincia en el marco del programa de protección de testigos de identidad re­servada.

El robo ocurrió el 28 de enero pasado a las 2.30, en la Casa 7 del barrio Padre Carazza de la localidad ubi­cada a 80 kilómetros al Nor­te de la capital correntina.

Según la denunciante, cuatro hombres encapu­chados ingresaron a la pro­piedad por la parte de atrás y luego de subir al techo de la vivienda, rompieron una de las entradas y la sorpren­dieron mientras ella dormía en una de las habitaciones.

Los maleantes revolvie­ron la vivienda y se habrían llevado $10.000, dos tele­visores, dos netbooks, un ventilador, anillos y pulse­ras, además de elementos de ferretería que quedaron en un depósito tras un em­prendimiento familiar que Marín había iniciado años atrás y quedó trunco.

Extraoficialmente se pudo saber que los ladrones entraron con violencia y atacaron a la mujer mien­tras descansaba.

La habrían llevado a la sala de la casa y la mania­taron a una silla, donde le propinaron golpes de puño en el rostro.

En ese contexto, los maleantes le habrían to­mado fotografías con un te­léfono celular, con el que las enviaron a los familiares de la víctima.

Tras esto tomaron los bienes denunciados como robados y abandonaron el lugar, dejando a la mujer herida e inmóvil.

Ella, una vez que pudo li­berarse de las sogas realizó la denuncia policial, pero para entonces su fotografía ya circulaba en el pueblo en los aparatos de telefonía.

Inmueble en custodia

La casa ubicada en el ba­rrio construido por el Ins­tituto de Vivienda de Co­rrientes, en la que ocurrió el ataque de los ladrones el martes pasado, fue escena­rio de hechos que fueron registrados en expedientes judiciales tramitados en la Justicia Federal en el marco de causas por narcotráfico y lavado de activos, algunas de ellas cuestionadas por el dudoso proceder de los fun­cionarios judiciales.

El inmueble fue allanado por la Gendarmería Nacio­nal el 22 de mayo de 2015 en el contexto de una investi­gación por narcotráfico, en la que se incautaron 611,050 kilogramos de marihuana.

Por esta causa se lo impu­tó a Federico Marín como supuesto integrante de una organización criminal que usaba ese lugar para el al­macenamiento y acondicio­namiento de Cannabis en automóviles.

En ese lugar, también la pareja de “Morenita”, Lour­des Alegre, pasó más de dos años en prisión domiciliaria en el marco de una causa judicial que fue analizada en el contexto de una inves­tigación por presuntas irre­gularidades en el Juzgado Federal Nº 1.

La mujer había sido acu­sada de colaborar con su pareja en el manejo de re­cursos económicos de ori­gen ilegal.

Luego de haber estado privada de la libertad en la Unidad Penal III de Co­rrientes -pese a tener hijos menores- logró que le otor­guen una pulsera electró­nica y ser trasladada a esa casa, donde quedó a cargo de sus niños.

Esta situación fue anali­zada luego en el marco de investigaciones para deter­minar posibles irregulari­dades en la Justicia Federal correntina. Lo que se pudo establecer fue que su deten­ción habría sido parte de un ardid cavilado por funcio­narios judiciales que pre­tendían cobrar una “coima” para liberarla, según consta en el expediente 9.886/2018 que fue tramitado en el Juz­gado Federal Nº 12 de la ciu­dad de Buenos Aires.

En ese inmueble también ocurrió el corolario de la fuga de “Morenita” Marín, quien fue apresado en octu­bre de 2018. Estuvo prófugo cuatro años y protagonizó cinematográficos escapes y enfrentamientos armados con las fuerzas de seguri­dad.

Pero en el feriado largo del Día del Respeto a la Di­versidad Cultural, ampara­do por la oscuridad fue a vi­sitar a sus hijos. Un efectivo de una fuerza de seguridad lo vio y rodearon la zona, pero él volvió a intentar un escape y se refugió en una casa vecina. Allí pidió des­pedirse de sus niños y se entregó.

Fuente: Diario Norte

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